martes, 24 de octubre de 2023

24 de Octubre, San Rafael Arcángel



La proximidad del día grande y solemne que pronto hará converger en nosotros los esplendores del cielo, infunde a la Iglesia un recogimiento profundo.

Si se exceptúa el homenaje que tiene que tributar en su fecha a los gloriosos apóstoles San Simón y Sán Judas, apenas se encuentran unas fiestas diseminadas de rito simple, que vienen a romper el silencio de estos últimos días de octubre. Es conveniente adaptar nuestras almas a las disposiciones de la Iglesia. Mas no anulamos esta ley dedicando un recuerdo rápido al arcángel a quien celebra la Iglesia en este día.

MINISTERIO DE SAN RAFAEL. — El ministerio Que cumplen los espíritus celestes cerca de nosotros, se encuentra maravillosamente expresado en las graciosas escenas que hacen la historia de Tobías sumamente agradable. Recordando i0s buenos oficios del guía y del amigo, como todavía llama a su hermano Azarías, Tobías el joven dice a su padre: “¿Cómo agradecerle sus beneficios? Me ha guiado y conducido sano y salvo. Ha cobrado también el dinero que nos debia Gabaelo. A él debo el haber hallado la esposa que me estaba preparada, de cuyo cuerpo arrojó al demonio, a la vez que llenaba de alegría a sus padres de ella. A mí me salvó del pez que me iba a tragar y a ti te ha hecho finalmente ver la luz del cielo y nos ha llenado de todos los bienés”.

Y, queriendo padre e hijo mostrar su gratitud al modo como lo hacen los hombres, a quien tanto lo merecía, el ángel se da a conocer entonces para enderezar todo el agradecimiento al bienhechor supremo: “Bendecid al Dios del cielo, y glorificadle ante todo ser viviente, pues ha hecho brillar su misericordia sobre vosotros… Cuando orabas con lágrimas y enterrabas a los muertos…, presentaba yo tu oración al Señor. Y porque fuiste acepto a Dios, era necesario que te probase con la tentación. Y ahora el Señor me envió para curarte y librar del demonio a Sara, esposa de tu hijo. Yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que estamos ante el Señor… La paz sea con vosotros, no temáis… bendecid a Dios”

CONFIANZA. — También nosotros celebramos ¡os beneficios del cielo. Sabemos por la fe que el ángel del Señor nos acompaña desde la cuna al sepulcro; lo sabemos con tanta certeza como la que tenía Tobías viendo con sus ojos al arcángel Rafael. Tengamos en nuestro santo ángel una confianza igual y, entonces, el camino de la vida, más sembrado de peligros que la tierra de los medos, no los tendrá para nosotros; cuanto halláremos en él, todo será bueno, como preparado por el Señor; y, nuestro ángel hará que la bendición, cual resplandor anticipado de la patria, se extienda desde nosotros a todos nuestros prójimos.

ALABANZA.—Tomamos del Breviario Ambrosiáno este himno en honor del glorioso arcángel:

HIMNO

Rafael, guía divino, recibe bondadosamente el himno sagrado que nuestras voces suplicantes y gozosas te dedican.
Guíanos por la carrera de la salvación, vigila nuestros pasos; haz que no caminemos nunca a la ventura, Por haber perdido la senda del cielo.
Míranos desde el cielo; llena a nuestras almas del esplendor brillante que desciende del Padre santo de las luces.
Da la salud a los enfermos, pon fln a la noche de los ciegos; al curar los cuerpos, fortifica los corazones. Tú, que te hallas ante el soberano Juez, aboga por la causa de nuestros crímenes; aplaca la cólera vengadora del Omnipotente tú, a quien confiamos nuestros ruegos.
Confunde a nuestro soberbio enemigo tú, que vuelves a empezar el gran combate; para triunfar de los espíritus de la rebelión, danos la fuerza, aumenta en nosotros la gracia.
Gloria sea a Dios Padre, como a su único Hijo, con el Espíritu Consolador ahora y siempre. Amén.


domingo, 22 de octubre de 2023

En lugar del apóstata Bergoglio: Más de 1000 católicos responden a las Dubia

 


Gloria TV Noticias 
Más de 1.000 fieles católicos de cincuenta países han respondido a las recientes Dubia de cinco cardenales. El sitio Web MissaeProMissa.com organizó los Dubia como un formulario de opción múltiple de sí o no. Más del 90% de los participantes dieron las respuestas correctas “independientemente de la voluntad de Francisco de hacerlo”. En un mensaje adjunto, escriben: “Querido Francisco: ¡Aquí están las respuestas a las Dubia! ¡Si Usted no responde, nosotros lo haremos!”.




miércoles, 11 de octubre de 2023

11 de octubre: La Maternidad de la Santísima Virgen María

Esta fiesta destruye la herejía del indiferentismo religioso tristemente promovido hoy abiertamente por el apóstata Bergoglio y sus cómplices heréticos modernistas bergoglianos.





11 DE OCTUBRE

LA MATERNIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Dom Gueranger

 

EL TÍTULO DE MADRE DE DIOS. — Entre todos los títulos de alabanza tributados a Nuestra Señora no hay ninguno más glorioso que el de Madre de Dios. Ser Madre de Dios es el porqué de María, el secreto de sus gracias y de sus privilegios. Para nosotros este título encierra en sustancia todo el misterio de la Encarnación; y no hay otro por el que podamos con más razón felicitarla a ella y regocijarnos nosotros. San Efrén justamente pensaba que, para dar uno prueba cierta de su fe, le bastaba confesar y creer que la Santísima Virgen María es Madre de Dios.

 

Y por eso la Iglesia ño puede celebrar ninguna fiesta de la Virgen María sin alabarla por este augusto privilegio. En su Inmaculada Concepción, en su Natividad, e igualmente en su Asunción, siempre saludamos en ella a la Santa Madre de Dios. Y eso es precisamente lo que hacemos nosotros también al repetir tantas veces a diario el Ave María.

 

LA HEREJÍA NESTORIANA. — “Teotokos, Madre de Dios”: así se la llamó a María en todo tiempo. Hacer la historia del dogma de la maternidad divina sería hacer toda la historia del cristianismo. El nombre Teotokos de tal forma había penetrado en el espíritu y en el corazón de los fieles, que se armó un escándolo enorme el día el que ante Nestorio, obispo de Constantinopla, un sacerdote, portavoz suyo, tuvo la osadía de pretender que María no era Madre más que de un hombre, porque era imposible que un Dios naciese de una mujer.

 

Pero entonces ocupaba la silla de Alejandría un obispo, San Cirilo, a quien Dios suscitó para defender el honor de la Madre de su Hijo. Al punto hizo pública su extrañeza: “Estoy admirado de que haya hombres que pongan en duda que a la Santísima Virgen se la pueda llamar Madre de Dios. Si Nuestro Señor es Dios, ¿cómo podrá ser que María, que le dió al mundo, no sea Madre de Dios? Esta es la fe que nos transmitieron los discípulos, aunque no se sirviesen de este término; es también la doctrina que nos enseñaron los Santos Padres.”

 

EL CONCILIO DE EFESO.—Nestorio no admitió cambio alguno en sus ideas. El emperador convocó un Concilio, que inauguró sus sesiones en Efeso el 22 de junio del 431; en él presidió San Cirilo, como legado del Papa Celestino. Se juntaron 200 obispos; proclamaron que “la persona de Cristo es una y divina y que la Santísima Virgen tiene que ser reconocida y venerada por todos como realmente Madre de Dios”. Al saberse esta noticia, los cristianos de Efeso entonaron cantos de triunfo, iluminaron la ciudad y acompañaron a sus domicilios con antorchas a los obispos “que habían venido, gritaban, a devolvernos la Madre de Dios y a ratificar con su autoridad santa lo que estaba escrito en todos los corazones”.

 

Y, como ocurre siempre, los esfuerzos del diablo sólo sirvieron para preparar y suscitar un triunfo magnifico a Nuestra Señora; los Padres del Concilio, así cuenta la tradición, para perpetua memoria añadieron al Ave María esta cláusula: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”: oración que desde entonces recitan todos los días millones de almas para reconocer en María la gloria de Madre de Dios que un hereje la quiso arrebatar.

 

LA FIESTA DEL 11 DE OCTUBRE. — El año 1931, al celebrarse el centenario XV del Concilio, pensó Pío XI que sería “útil y grato a los fieles el meditar y reflexionar sobre un dogma tan importante” como es el de la maternidad divina. Para que quedase perpetuo testimonio de su piedad a María, escribió la Encíclica Lux Veritatis, restauró la basílica de Santa María la Mayor de Roma y además instituyó una fiesta litúrgica, que “contribuiría al aumento de la devoción hacia la Soberana Madre de Dios entre el clero y los fieles, y presentaría a la Santísima Virgen y a la Sagrada Familia de Nazaret como un modelo para las familias”, para que así se respeten cada vez más la dignidad y la santidad del matrimonio y la educación de la juventud.

 


 

MARÍA EXTERMINADORA DE LAS HEREJÍAS.—”Alégrate, oh Virgen María, porque tú sola has destruido en todo el mundo todas las herejías.” Esta antífona de la Liturgia demuestra clara mente que el dogma de la maternidad divina es el sostén y la defensa de todo el cristianismo Confesar la maternidad divina, vale tanto como confesar, en el Verbo Encarnado, la naturaleza humana y la naturaleza divina, y también la unidad de persona; es afirmar la distinción de personas en Dios y la unidad de su naturaleza; es reconocer todo el orden sobrenatural de la gracia y de la gloria.

 

MARÍA ES CON TODA VERDAD MADRE DE DIOS.— Ahora bien, es fácil reconocer que María es con toda propiedad Madre de Dios. “Si el Hijo de la Santísima Virgen es Dios, escribía Pío XI en su Encíclica Lux Veritatis, la que le engendró debe llamarse Madre de Dios; si la persona de Jesucristo es una y divina, no cabe duda ninguna que todos tienen que llamar a María Madre de Dios y no sólo Madre de Cristo-hombre… Del mismo modo que a las demás mujeres se las llama madres, y lo son realmente, porque en su seno formaron nuestra sustancia caduca y no porque creasen el alma humana así alcanzó la Virgen la maternidad divina por el hecho de haber engendrado a la única persona de su Hijo.”

 

CONSECUENCIAS DE LA MATERNIDAD DIVINA. — De aquí se derivan como de una misteriosa y viva fuente la gracia especial de María y su suprema dignidad después de Dios. La Bienaventurada Virgen María tiene una dignidad casi infinita, dice Santo Tomás, y proviene del bien infinito que es Dios. Cornelio a Lapide explica así estas palabras: es Madre de Dios: sobrepuja, por consiguiente, en excelencia a todos los Angeles, Querubines y Serafines. Es Madre de Dios: es, por tanto, la más pura y las más santa de todas las criaturas, y, excepción hecha de Dios, no es posible figurarse mayor santidad que la de la Santísima Virgen. Es Madre de Dios: por eso, se la concedió a ella su privilegio antes que a cualquier Santo se concediese cualquier privilegio del orden de la gracia santificante”.

 

DIGNIDAD DE MARÍA.—Este privilegio de la divina maternidad relaciona a María con Dios con una relación tan particular y tan íntima, que no hay dignidad creada que pueda compararse con la suya. Esa dignidad la pone en relación inmediata con la unión hipostática y la hace entrar en relaciones íntimas y personales con las tres personas de la Santísima Trinidad.

 

MARÍA Y JESÚS. — La maternidad divina une a María con su Hijo con un lazo mucho más fuerte que el de las demás madres con respecto a sus hijos. Estas no son las únicas que intervienen en la generación, mientras que la Santísima Virgen fué ella sola la que produjo a su Hijo, el Hombre-Dios, de su propia sustancia, Jesús es fruto de su virginidad. Pertenece a su Madre porque ella le concibió y le dió a luz en el tiempo, ella le alimentó con la leche virginal de sus pechos, ella le educó, ella ejerció sobre El su autoridad maternal.

 

MARÍA Y EL PADRE. — La maternidad divina liga a María con el Padre de una manera que no se puede expresar con palabras humanas. María tiene por Hijo al mismo Hijo de Dios; imita y reproduce en el tiempo la generación misteriosa por la que el Padre engendra a su; Hijo en la eternidad. Y de ese modo llega a ser la coasociada del Padre en su Paternidad: “Si el Padre nos ha dado pruebas de un afecto sincero, decía Bossuet, porque nos ha dado a su Hijo por Maestro y Salvador, el amor inefable que siente por ti, oh María, le hizo concebir otros muchos planes en nuestro favor. Dispuso que fuese tan tuyo como de El; y, para formar contigo una sociedad eterna, quiso que fueses la Madre de su único Hijo y ser El el Padre del tuyo”

 

MARÍA Y EL ESPÍRITU SANTO. — La maternidad divina une igualmente a María con el Espíritu Santo, ya que por el Espíritu Santo concibió al Verbo en su seno. León XIII llama a María: Esposa del Espíritu Santo. Y María es su santuario privilegiado a causa de las maravillas inauditas de la gracia que ese Espíritu divino obró en ella.

 

“Si Dios está con los Santos, concluye San Bernardo, está con María de un modo particularísimo; porque, entre Dios y ella la conformidad es tan perfecta, que Dios se ha unido no sólo a su voluntad, sino también a su carne, y de su sustancia y de la sustancia de la Virgen, hizo un solo Cristo; Cristo, aunque no procede en lo que es, ni todo completo de Dios ni todo completo de lá Virgen, no deja de ser, esto no obstante, todo entero de Dios y todo entero de la Virgen; pues no hay dos hijos, sino uno solo, que lo es de Dios y de la Virgen. Por eso la dice el ángel: Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Está contigo no sólo el Señor Hijo, a quien tú revistes de tu carne, sino el Señor Espíritu Santo, de quien tú concibes y el Señor Padre, que ha engendrado al que tú concibes. El Padre está contigo y hace que su Hijo sea tuyo; el Hijo está contigo y, Para realizar en ti el admirable misterio, se abre milagrosamente para sí tu seno, pero respetando el sello de tu virginidad; el Espíritu Santo está contigo y juntamente con el Padre y el Hijo, santifica tu seno. Ciertamente, el Señor está contigo”.

martes, 3 de octubre de 2023

Santoral de Octubre

~ Año litúrgico de Dom Prospero Guéranger


1 DE OCTUBRE: SAN REMIGIO, OBISPO Y APOSTOL DE LOS FRANCOS

2 DE OCTUBRE: LOS SANTOS ANGELES CUSTODIOS

3 DE OCTUBRE: SANTA TERESA DEL NIÑO JESUS, VIRGEN

4 DE OCTUBRE: SAN FRANCISCO DE ASIS, CONFESOR

5 DE OCTUBRE: SAN PLACIDO

6 DE OCTUBRE: SAN BRUNO, CONFESOR

7 DE OCTUBRE: LA SOLEMNIDAD DEL SANTISIMO ROSARIO

8 DE OCTUBRE: SANTA BRIGIDA, VIUDA

9 DE OCTUBRE: SAN JUAN LEONARDO, CONFESOR y SAN DIONISIO, OBISPO, SAN RUSTICO Y SAN ELEUTERIO, MARTIRES

10 DE OCTUBRE: SAN FRANCISCO DE BORJA, CONFESOR

11 DE OCTUBRE: LA MATERNIDAD DE LA SANTISIMA VIRGEN

12 DE OCTUBRE: NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, PATRONA DE ESPAÑA

13 DE OCTUBRE: SAN EDUARDO, REY Y CONFESOR

14 DE OCTUBRE: SAN CALIXTO, PAPA Y MARTIR

15 DE OCTUBRE: SANTA TERESA, VIRGEN

16 DE OCTUBRE: SANTA EDUVIGIS, VIUDA

17 DE OCTUBRE: SANTA MARGARITA MARIA, VIRGEN

18 DE OCTUBRE: SAN LUCAS, EVANGELISTA

19 DE OCTUBRE: SAN PEDRO DE ALCANTARA, CONFESOR

20 DE OCTUBRE: SAN JUAN CANCIO, CONFESOR

21 DE OCTUBRE: SAN HILARION, ABAD y SANTA URSULA Y SUS COMPAÑERAS MARTIRES

22 DE OCTUBRE

23 DE OCTUBRE: SAN ANTONIO MARIA CLARET, OBISPO Y FUNDADOR

24 DE OCTUBRE: SAN RAFAEL, ARCANGEL

25 DE OCTUBRE: SAN CRISANTO Y SANTA DARIA, MARTIRES

EL ULTIMO DOMINGO DE OCTUBRE: FIESTA DE CRISTO REY

26 DE OCTUBRE: SAN EVARISTO, PAPA Y MARTIR

27 DE OCTUBRE: VIGILIA DE LOS SANTOS SIMON Y JUDAS, APOSTOLES

28 DE OCTUBRE: SAN SIMON Y SAN JUDAS, APOSTOLES

29 DE OCTUBRE

30 DE OCTUBRE: SAN ALFONSO RODRIGUEZ, CONFESOR

31 DE OCTUBRE: LA VIGILIA DE TODOS LOS SANTOS

lunes, 2 de octubre de 2023

A Mi Querido Ángel de la Guarda

 


Ángel de Dios, Mi querido Guardián;

fuiste enviado para protegernos.


En este día permanece junto a mí,

para iluminarme, guiarme,

guardarme y dirigirme.


Enseńame, mi querido Ángel de la

Guarda, a conocer a Dios, para amarlo

y servirlo por siempre.


Aléjame de todo peligro

y enseńame el camino al Cielo.

Amén