lunes, 15 de mayo de 2023

Revelaciones de sor Lucía dos Santos sobre el Gran Castigo y la gran Apostasía de los sacerdotes y personas consagradas

 El Padre Mario Luigi Ciappi, teólogo papal del Papa Pío XII: “En el Tercer Secreto [de Fátima] se predice, entre otras cosas, que la gran apostasía en la Iglesia comenzará por lo alto”

“Dios castigará al mundo y lo hará de manera terrible” — Declaraciones de Sor Lucía al Padre Agustín Fuentes en 1957



 Padre, Dios castigará al mundo y esto será de una manera terrible, el castigo del cielo es inminente.

El Padre Alonso, estudió los archivos, habló con Sor Lucia, y testificó públicamente que las «Declaraciones de Sor Lucía al P. Agustín Fuentes», en 1957, eran auténticas y verídicas y las consignó en uno de esos libros «La verdad sobre el Secreto de Fátima, Fátima sin mitos» y recibieron el imprimatur de  Mons. Sánchez de Santa Cruz, México: 


Se habla en las declaraciones de un mensaje recibido «de los labios mismos» de la vidente de Fátima:

«Quiero contaros la última conversación que tuve con ella, que fué el 26 de diciembre del año pasado: La encontré en su convento muy triste, pálida y demacrada; y me dijo:

Nadie hace caso


«Padre, la Santísima Virgen está muy triste, porque nadie hace caso a su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos, porque prosiguen su camino de bondad; pero sin hacer caso a este mensaje.
Los malos, porque no viendo el castigo de Dios, actualmente sobre ellos, a causa de sus pecados, prosiguen también su camino de maldad, sin hacer caso a este Mensaje. Pero, créame Padre, Dios va a castigar al mundo y lo va a castigar de una manera tremenda.
El castigo del cielo es inminente. ¿Qué falta, Padre, para 1960; y qué sucederá entonces? Será una cosa muy triste para todos; y no una cosa alegre si antes el mundo no hace oración y penitencia. No puedo detallar más, ya que es aún secreto que, por voluntad de la Santísima Virgen, solamente pudieran saberlo tanto el Santo Padre como el señor Obispo de Fátima.»
«Ambos no han querido saberlo para no influenciarse. Es la tercera parte del Mensaje de Nuestra Señora, (TERCER SECRETO), que aún permanece secreto hasta esa fecha de 1960.

Rusia instrumento del Castigo

Dígales, Padre, que la Santísima Virgen, repetidas veces, tanto a mis primos Francisco y Jacinta, como a mí, nos dijo, que muchas naciones de la tierra desaparecerán sobre la faz de la misma, que Rusia sería el instrumento del castigo del Cielo para todo el mundo, si antes no alcanzábamos la conversión de esa pobrecita Nación (…).»

La Apostasía de Religiosos y Sacerdotes Satanás busca ganar el mayor número de almas consagradas a Dios haciéndolas  que ofendan gravemente a Dios.


Sor Lucía me decía también:

Padre, el demonio está librando una batalla decisiva contra la Virgen; y como sabe qué es lo que más ofende a Dios y lo que, en menos tiempo, le hará ganar mayor número de almas, está tratando de ganar a las almas consagradas a Dios, ya que de esta manera también deja el campo de las almas desamparado, y (el demonio) más fácilmente se apodera de ellas.»

La estrategia de Satanás es corromper a religiosos y  sacerdotes.

“Lo que ofende sobre todo al Corazón Inmaculado de María y al Corazón de Jesús es la caída de las almas de los religiosos y sacerdotes. El demonio sabe que por cada religioso o sacerdote que niega su santa vocación, muchas almas son arrastradas al infierno… Por eso el demonio anhela apoderarse de las almas consagradas. Trata por todos los medios de corromperlos, de adormecer el alma de los fieles y de conducirlos a la peor impenitencia...”

 

«Dígales también, Padre, que mis primos Francisco y Jacinta se sacrificaron porque vieron siempre a la Santísima Virgen muy triste en todas sus apariciones. Nunca se sonrió con nosotros, y esa tristeza y angustia que notábamos en la Santísima Virgen, a causa de las ofensas a Dios y de los castigos que amenazaban a los pecadores, nos llegaban al alma; y no sabíamos qué idear para encontrar en nuestra imaginación infantil medios para hacer oración y sacrificio (…).


 

Lo segundo que santificó a los niños fue la visión del infierno (…).

La impenitencia final causa la condenación eterna.
La misión de sor Lucía: Señalar el peligro inminente de la condenación eterna para los que se obstinan en pecar. 


Padre, es por ello que mi misión no es indicar al mundo los castigos materiales que ciertamente vendrán si el mundo no reza y hace penitencia antes. ¡No! Mi misión es indicar a todos el peligro inminente en que estamos de per­der nuestras almas por toda la eternidad si permanecemos obstinados en el pecado

Un llamado Urgente a la conversión y a la Santificación nuestra y de las almas cercanas.

«Padre —me decía Sor Lucía—, no esperemos que venga de Roma una llamada a la penitencia, de parte del Santo Padre, para todo el mundo; ni esperemos tampoco que venga de parte de los señores Obispos cada uno en su diócesis; ni siquiera tampoco de parte de las Congregaciones Religiosas. No; ya Nuestro Señor usó muchas veces estos medios, y el mundo no le ha hecho caso.

Por eso, ahora que cada uno de nosotros comience por sí mismo su reforma espiritual; que tiene que salvar no sólo su alma, sino salvar a todas las almas que Dios ha puesto en su camino… Padre, la Santísima Virgen no me dijo que nos encontramos en los últimos tiempos del mundo, pero me lo dio a demostrar por tres motivos:

La batalla final. 

O estás del lado de Dios o del diablo, no hay otra posibilidad.

El primero, porque me dijo que el demonio está librando una batalla decisiva con la Virgen y una batalla decisiva, es una batalla final en donde se va a saber de qué partido es la victoria, de qué partido es la derrota. Así que ahora, o se es de Dios, o se es del demonio; no hay término medio.

Los últimos remedios 

Lo segundo, porque me dijo, tanto a mis primos como a mí, que dos eran los últimos remedios que Dios daba al mundo; el Santo Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María. Y, al ser los últimos remedios, quiere decir que son los últimos, que ya no va a haber otros.

Pecado contra el Espíritu Santo 

Y tercero, porque siempre en los planos de la Divina Providencia, cuando Dios va a castigar al mundo, agota antes todos los demás medios; y cuando ha visto que el mundo no le ha hecho caso a ninguno de ellos, entonces, como si dijéramos a nuestro modo imperfecto de hablar, nos presenta con cierto temor el último medio de salvación, su Santísima Madre.

Si despreciamos y rechazamos este último medio, ya no tendremos perdón del cielo; porque hemos cometido un pecado, que en el Evangelio suele llamarse pecado contra el Espíritu Santo; que consiste en rechazar abiertamente, con todo conocimiento y voluntad, la salvación que se presenta en las manos.

Y también porque Nuestro Señor es muy buen hijo… y no permite que ofendamos y despreciemos a su Santísima Madre, teniendo como testimonio patente la historia de varios siglos de la Iglesia que, con ejemplos terribles, nos indica cómo Nuestro Señor siempre ha salido en defensa del honor de su Santísima Madre. »

«Dos son los medios para salvar al mundo, me decía Sor Lucía de Jesús: la oración y el sacrificio (…) Y luego, el Santo Rosario. Mire Padre, la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en que estamos viviendo, ha dado una nueva eficacia al rezo del Santo Rosario. De tal manera que ahora no hay problema, por más difícil que sea, sea temporal o sobre todo espiritual, que se refiera a la vida personal de cada uno de nosotros; o a la vida de nuestras familias, sean familias del mundo o Comunidades Religiosas; o la vida de los pueblos y naciones.

No hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario.

Con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas. Y luego, la devoción al Corazón Inmaculado de María, Santísima Madre, poniéndonosla como sede de la clemencia, de la bondad y el perdón; y como puerta segura para entrar al cielo. Esta es la primera parte del Mensaje referente a Nuestra Señora de Fátima; y la segunda parte, que, aunque es más breve, no es menos importante, se refiere al Santo Padre.»

Las Declaraciones del Reverendo Padre Agustin Fuentes, investigador oficial, postulador, del Vaticano en la causa de beatificación de Francisco y Jacinta, fueron conocidas por el Papa Pío XII y más tarde publicadas con licencia eclesiástica en la revista «Fatima Findlings» -Junio de 1959, y en el «Messaggero dell Cuore di Maria.» -Septiembre de 1961




Nuestra Señora en Fátima nos recuerda con tanta insistencia:
‟Muchos son los que se pierden y al final de su vida de pecado caen en este 'océano de fuego', que es el infierno.”

 “Van más almas al infierno por los pecados de la carne que por cualquier otra razón”


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