domingo, 30 de octubre de 2022

Aprendamos a Persignarnos en latín

Persignarse es Primero signarse y luego santiguarse


SIGNARSE:
  
Per signum ✠ Sanctæ Crucis. De inimícis ✠ nostris. Líbera nos, ✠Dómine, Deus noster.
SANTIGUARSE:                   

In nómine Patris, et † Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.

viernes, 28 de octubre de 2022

Oración a San Judas Tadeo en momentos de Grave aflicción

                    



 Porque para Dios no hay nada imposible.
Lucas 1:37


¡Oh San Judas Tadeo, pariente de Jesucristo, glorioso apóstol y mártir, célebre por tus virtudes y milagros, fiel y rápido intercesor de todos los que te honran y confían en ti! Eres un poderoso protector y ayudante en las graves aflicciones.

Vengo a ti y te suplico desde lo más profundo de mi corazón, ven en mi ayuda con tu poderosa intercesión, ya que has recibido de Dios el privilegio de ayudar con tu notable socorro a aquellos que casi desesperan de toda esperanza. Dirige hacia mi tu mirada; mi vida es una vida de cruces, mis días son días de tribulación y mi corazón es un océano de amargura. Todos mis caminos están sembrados de espinas y apenas pasa un momento que no sea testigo de mis lágrimas y suspiros. Y además, mi alma está envuelta en tristezas; la inquietud, el desánimo, la desconfianza, sí, a veces hasta una especie de desesperación se apodera de mi alma. La Divina Providencia parece perdida de vista y la fe parece flaquear en mi corazón. Abrumado por estos pensamientos, me veo rodeado por una nube oscura. No puedes abandonarme en esta triste situación. No me apartaré de ti hasta que me hayas escuchado. ¡Oh! apresúrate en mi ayuda. Te estaré agradecido toda mi vida. Te honraré como mi patrón especial, agradeceré a Dios por las gracias que te han otorgado y propagaré tu honor de acuerdo con mi poder. Amén.


Alabanza y Acción de Gracias
(Se le reveló a Santa Gertrudis que es una fuente de gran gozo para los santos cuando alabamos y agradecemos a Dios por las gracias y privilegios que les ha otorgado. Los devotos de San Judas deben recitar el siguiente acto de acción de gracias con frecuencia.)
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, en unión con la inefable alabanza celestial con que se ensalza la Santísima Trinidad y que de allí fluye sobre tu Sagrada Humanidad, sobre María, sobre todos los ángeles y santos, te alabo, te glorifico y te bendigo por todas las gracias y privilegios que le has otorgado a tu apóstol escogido e íntimo amigo, Judas Tadeo. Te ruego por sus méritos, concédeme tu gracia, y por su intercesión ven en mi auxilio en todas mis necesidades, pero especialmente en la hora de mi muerte dignaos de fortalecerme contra la ira de mis enemigos. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre, tres veces.

San Simón y San Judas Tadeo, Apóstoles de Jesús


 LOS TRABAJOS DE LA IGLESIA.—En lugar de vuestros -padres, os nacieron hijos. La Iglesia desechada por Israel ensalza de este modo en sus cantos la fecundidad apostólica que tendrá hasta el fin de los tiempos. Esperaba ya desde ayer, adelantándose unas horas, que los bienaventurados Apóstoles San Simón y San Judas se anticiparían a la misma solemnidad con sus bendiciones para ella. Tal es, en efecto, la condición de su existencia en el mundo, que no puede permanecer en él sin procurar incesantemente hijos al Señor. Y por eso la Misa del 27 de octubre nos hacía leer el texto evangélico en que se dice: “Yo soy la viña y mi Padre es el viñador; cortará las ramas que no den fruto en mí; y la rama que dé fruto, la podará para que dé más todavía”.

Poda costosa, como lo testificaba ayer la Epístola de la Misa de la vigilia. En nombre de los otros sarmientos que como él honran la elección divina, el Apóstol hablaba allí de los trabajos, padecimientos de toda clase, persecuciones, maldiciones y negaciones, con cuyo precio se adquiere el derecho de llamar hijos a los hombres engendrados según el Evangelio en Jesucristo8. San Pablo lo dice más de una vez y sobre todo en la Epístola de la fiesta: el fin de esta generación sobrenatural de los santos sólo tiende a la reproducción mística del Hijo de Dios, que pasa otra vez, en los predestinados, de la niñez a la medida del hombre perfecto.

GLORIA DE SAN SIMÓN Y SAN JUDAS. — Aunque la historia se muestra excesivamente sobria en particularidades respecto a los gloriosos Apóstoles a quienes celebramos en este día, conocemos lo mucho que contribuyeron a esa gran obra de la generación de los hijos de Dios, que nos recuerda su corta leyenda. Ellos edificaron el cuerpo de Cristo en su parte correspondiente, de modo infatigable y hasta derramar su sangre. Y la Iglesia, agradecida, dice hoy al Señor: Oh Dios, que por tus bienaventurados apóstoles Simón y judas, nos has dado el llegar al conocimiento de tu nombre; concédenos el celebrar su gloria inmortal progresando en la gracia, y adelantar en la virtud cada vez que la celebramos”.

A San Simón se le da como atributo la sierra, que recuerda su martirio. La escuadra de San Judas nos indica que es el arquitecto de la casa de Dios: de igual modo se llamaba San Pablo a sí mismo; y en la séptima de las epístolas católicas, que tiene por autor a San Judas, posee también él un título especial a contarse entre los primeros en la gran familia de los maestros obreros del Señor. Mas para nuestro apóstol había otra nobleza que excedía a todas las de la tierra: por Cleofás o por Alfeo, su padre, era sobrino de San José, legalmente primo del Hombre-Dios; San Judas era uno de los llamados por sus compatriotas hermanos del hijo del carpintero.

EN EL CENÁCULO. — Recojamos de San Juan una circunstancia preciosa. En la conversación que siguió a la Cena, el Hombre-Dios acababa de decir: “El que me ama a mí, será amado de mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él.” Entonces Judas, tomando la palabra, preguntó: “Señor, ¿qué ha sucedido para que hayas de manifestarte a nosotros y no al mundo?” Jesús le respondió: “Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. Pero el que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que oís, no es mía, sino del Padre, que me ha enviado”.

DOMICIANO Y LOS DESCENDIENTES DE DAVID.— Por la historia eclesiástica sabemos que Domiciano, al fin de su reinado y cuando arreciaba la persecución que él mismo había desencadenado, hizo traer desde el Oriente, para comparecer ante sí, a dos nietos del Apóstol San Judas. La política del César estaba un poco intranquila con respecto a estos descendientes de una raza real, la de David, que por la sangre representaban al mismo Cristo, ensalzado por sus discípulos como rey supremo del mundo. Domiciano pudo darse cuenta por sí mismo de que estos dos sencillos judíos no podían constituir un peligro para el Imperio, y que si consideraban a Cristo como al depositario del poder soberano, se trataba de un poder que no se iba a ejercer visiblemente hasta el fin de los siglos. El lenguaje sencillo y valiente de estos dos hombres impresionó a Domiciano, y según el historiador Hegesipo, de quien Eusebio toma los hechos que acabamos de referir, dió órdenes de suspender la persecución.

VIDA. — Refiere una tradición antigua que los dos Apóstoles fueron a evangelizar a Armenia y Persia y sufrieron el martirio el año 47 en la ciudad de Suanir.

A Simón le apellidaban Zelotes, acaso por haber pertenecido antiguamente al partido nacionalista de los Zelotes que no consentían admitir el yugo extranjero en Palestina.

San Judas, por parte de su madre, era pariente del Señor. Escribió una breve Epístola para combatir la herejía gnóstica, que estaba entonces en sus comienzos.

Las reliquias de los dos Apóstoles se trasladaron en 1605 a la basílica vaticana y se colocaron en un altar que la tradición sitúa en lugar próximo a aquel en que fué clavada la cruz de San Pedro. San Saturnino de Tolosa debe de poseer también algunas reliquias suyas.

Os escogí para dar un fruto permanente. Esta palabra os dirigía el Hombre-Dios como a los doce, la misma que recordaba la Iglesia en vuestro honor en el oficio de Maitines. Y, con todo, ¿qué queda del fruto de vuestro trabajo en Egipto, en Mesopotamia, en Persia? ¿Será que el Señor o la Iglesia pueden equivocarse en sus palabras o en sus apreciaciones? No por cierto; y la prueba está en que, por encima de la región de los sentidos y fuera del dominio de la historia, la virtud que se derramó sobre los doce no cesa de correr a través de las edades y tiene su parte en todo nacimiento sobrenatural que contribuye al desarrollo del cuerpo místico del Señor y al aumento de la Iglesia. Con más razón que Tobías, somos hijos de santos; ya no estamos sin familia, más bien pertenecemos a la casa de Dios, apoyados en los Apóstoles y Profetas que Jesucristo une como piedra angular. Benditos vosotros que nos ganasteis con lágrimas y trabajos ese bien; conservad en nosotros el título y los derechos de una filiación tan preciosa.

Mucho es el mal que nos rodea; ¿puede quedar alguna esperanza en la tierra? Pero la confianza de los que os ruegan, nos dice, oh Judas, que para ti no existe causa desesperada; y ¿cuándo mejor que ahora, oh Simón Zelotes, podrías justificar tu apellido glorioso? Dignaos atender a la Iglesia y ayudarla con todo vuestro poder apostólico a reavivar la fe, a inflamar la caridad, a salvar al mundo.



Oración pidiendo protección en las Tentaciones por los méritos y la intercesión de San Judas Tadeo

lunes, 24 de octubre de 2022

Novena por las Almas del Purgatorio

 





Por la señal ✠ de la Santa Cruz, 

de nuestros ✠ enemigos, 

líbranos Señor ✠ Dios nuestro. 

En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén. 


DÍA PRIMERO

Señor mío Jesucristo, que quieres que tengamos suma delicadeza de conciencia y santidad perfecta: te rogamos nos la concedas a nosotros; y a los que por no haberla tenido se están purificando en el purgatorio, te dignes aplicar nuestros sufragios y llevarlos pronto de aquellas penas al cielo. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre purísima y de San José.


Terminar con la oración final y el responso.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS


Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.

Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

V. No te acuerdes, Señor, de mis pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.

Padrenuestro.

V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.

Oremos. Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua.
V. Descansen en paz.

R. Amén.


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DÍA SEGUNDO [Ir al principio de esta página]

Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.


Señor mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos unas más y más contigo y que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos del purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del cielo.


Terminar con la oración final y el responso.


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DÍA TERCERO [Ir al principio de esta página]

Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.


Señor mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o en la otra: concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a ellos y a todos llévalos pronto a su descanso.


Terminar con la oración final y el responso.


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DÍA CUARTO [Ir al principio de esta página]

Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.


Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el purgatorio y líbralos a ellos y a todos los pecadores de sus penas, llevándoles a la gloria eterna.


Terminar con la oración final y el responso.


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DÍA QUINTO [Ir al principio de esta página]

Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.


Señor mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso eterno.


Terminar con la oración final y el responso.


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DÍA SEXTO [Ir al principio de esta página]

Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.


Señor mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y parientes y distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las ánimas del purgatorio, pero especialmente por los padres, parientes y amigos de cuantos hacemos está novena, para que logren el descanso eterno.


Terminar con la oración final y el responso.


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DÍA SÉPTIMO [Ir al principio de esta página]

Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.


Señor mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte, recibiendo bien los últimos sacramentos y purificándose de los residuos de la mala vida pasada, los purificas en el purgatorio con terribles tormentos: te suplicamos, Señor, por los que murieron sin prepararse y por todos los demás, rogándote que les concedas a todos ellos la gloria y a nosotros recibir bien los últimos sacramentos.


Terminar con la oración final y el responso.


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DÍA OCTAVO [Ir al principio de esta página]

Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.


Señor mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado aficionados a los bienes terrenales y olvidados de la gloria, los retienes apartados del premio, para que se purifiquen de su negligencia en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos, para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar de tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los

terrenos.


Terminar con la oración final y el responso.

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DÍA NOVENO [Ir al principio de esta página]

Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.


Señor mío Jesucristo, cuyos méritos son infinitos y cuya bondad es inmensa: mira propicio a tus hijos que gimen en el purgatorio anhelando la hora de ver tu faz, de recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y; mirándolos, compadécete de sus penas y perdona lo que les falta para pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras y sufragios, los de tus Santos y Santas; los de tu Madre y tus méritos; haz que pronto salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la gloria eterna.


Terminar con la oración final y el responso.

San Rafael Arcángel Año Litúrgico: 24 de octubre

 

SAN RAFAEL, ARCANGEL

La proximidad del día grande y solemne que pronto hará converger en nosotros los esplendores del cielo, infunde a la Iglesia un recogimiento profundo.

Si se exceptúa el homenaje que tiene que tributar en su fecha a los gloriosos apóstoles San Simón y Sán Judas, apenas se encuentran unas fiestas diseminadas de rito simple, que vienen a romper el silencio de estos últimos días de octubre. Es conveniente adaptar nuestras almas a las disposiciones de la Iglesia. Mas no anulamos esta ley dedicando un recuerdo rápido al arcángel a quien celebra la Iglesia en este día.

MINISTERIO DE SAN RAFAEL. — El ministerio Que cumplen los espíritus celestes cerca de nosotros, se encuentra maravillosamente expresado en las graciosas escenas que hacen la historia de Tobías sumamente agradable. Recordando i0s buenos oficios del guía y del amigo, como todavía llama a su hermano Azarías, Tobías el joven dice a su padre: “¿Cómo agradecerle sus beneficios? Me ha guiado y conducido sano y salvo. Ha cobrado también el dinero que nos debia Gabaelo. A él debo el haber hallado la esposa que me estaba preparada, de cuyo cuerpo arrojó al demonio, a la vez que llenaba de alegría a sus padres de ella. A mí me salvó del pez que me iba a tragar y a ti te ha hecho finalmente ver la luz del cielo y nos ha llenado de todos los bienés”.

Y, queriendo padre e hijo mostrar su gratitud al modo como lo hacen los hombres, a quien tanto lo merecía, el ángel se da a conocer entonces para enderezar todo el agradecimiento al bienhechor supremo: “Bendecid al Dios del cielo, y glorificadle ante todo ser viviente, pues ha hecho brillar su misericordia sobre vosotros… Cuando orabas con lágrimas y enterrabas a los muertos…, presentaba yo tu oración al Señor. Y porque fuiste acepto a Dios, era necesario que te probase con la tentación. Y ahora el Señor me envió para curarte y librar del demonio a Sara, esposa de tu hijo. Yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que estamos ante el Señor… La paz sea con vosotros, no temáis… bendecid a Dios”

CONFIANZA. — También nosotros celebramos ¡os beneficios del cielo. Sabemos por la fe que el ángel del Señor nos acompaña desde la cuna al sepulcro; lo sabemos con tanta certeza como la que tenía Tobías viendo con sus ojos al arcángel Rafael. Tengamos en nuestro santo ángel una confianza igual y, entonces, el camino de la vida, más sembrado de peligros que la tierra de los medos, no los tendrá para nosotros; cuanto halláremos en él, todo será bueno, como preparado por el Señor; y, nuestro ángel hará que la bendición, cual resplandor anticipado de la patria, se extienda desde nosotros a todos nuestros prójimos.

ALABANZA.—Tomamos del Breviario Ambrosiáno este himno en honor del glorioso arcángel:

HIMNO

Rafael, guía divino, recibe bondadosamente el himno sagrado que nuestras voces suplicantes y gozosas te dedican.
Guíanos por la carrera de la salvación, vigila nuestros pasos; haz que no caminemos nunca a la ventura, Por haber perdido la senda del cielo.
Míranos desde el cielo; llena a nuestras almas del esplendor brillante que desciende del Padre santo de las luces.
Da la salud a los enfermos, pon fln a la noche de los ciegos; al curar los cuerpos, fortifica los corazones. Tú, que te hallas ante el soberano Juez, aboga por la causa de nuestros crímenes; aplaca la cólera vengadora del Omnipotente tú, a quien confiamos nuestros ruegos.
Confunde a nuestro soberbio enemigo tú, que vuelves a empezar el gran combate; para triunfar de los espíritus de la rebelión, danos la fuerza, aumenta en nosotros la gracia.
Gloria sea a Dios Padre, como a su único Hijo, con el Espíritu Consolador ahora y siempre. Amén.

martes, 18 de octubre de 2022

San Lucas, Evangelista

 Año Litúrgico – Dom Prospero Gueranger



LA BENIGNIDAD DEL SALVADOR. — San Pablo, en la Epístola a Tito, recuerda más de una vez, que “Dios Nuestro Salvador ha manifestado su benignidad y amor para con los hombres”. Se diría que estas palabras las había repetido el Apóstol con mucha frecuencia en el curso de sus conversaciones, de sus viajes y de su larga intimidad, a su discípulo predilecto San Lucas.

Es cierto que resulta difícil hacer diferencias y comparaciones entre los santos y con más razón aún entre los Evangelistas; con todo, se puede echar de ver que en el texto del Evangelio de San Lucas brillan con resplandor especial la bondad y la misericordia de nuestro dulcísimo Salvador. Tenía gran talento: sabía admirablemente el griego, se distinguía en describir escenas y personajes, y su alma, derramando bondad y mansedumbre, daba a su ingenio una gracia extraordinaria.

EL MÉDICO. — San Lucas hizo sus estudios de medicina: San Pablo le llamaba “el médico muy querido”. En los relatos de las curaciones que obró Jesús, se manifiesta San Lucas por su precisión; y sabe bien disimular lo que no honra a su gremio; como ocurre en el caso de la hemorroisa, en el cual, por lo contrario, otros evangelistas se extienden, diríase que con placer, aludiendo a la impotencia de la ciencia humana.



EL RETRATISTA. — Por su talento para narrar y pintar, se le ha atribuido un retrato de la Virgen María. Nos ha dejado, en efecto, sobre la Madre del Redentor los más bellos retratos en el Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles, y se ha llegado a pensar, y. no va fuera de razón, que oyó a María o a algunos confidentes inmediatos suyos muchas circunstancias de la infancia de Jesús.

Y no es menos verdad que fué un excelente pintor de Jesucristo Salvador. No sólo descartó de sus relatos todo lo que podía tener visos de severidad para las personas, sino que se contentó con notar al vuelo las crueldades de que fué víctima el Salvador durante su Pasión. Al contrario, se detuvo con placer en describir largamente los primeros tiempos de la vida de Jesús, a quien presenta siempre con su Madre; habla muchas veces de la oración de Jesús, de su misericordia con los pecadores, de su paciencia con sus enemigos. A él debemos los relatos de la mujer adúltera, del buen samaritano, del hijo pródigo, del buen ladrón, de los discípulos de Emaús. A través de su relato se le siente cuidadoso de infundirnos confianza en “la bondad y amor de nuestro Salvador”, que vino a salvar “a todos los hombres”. Nos quiere convencer de que todos los hombres, por miserables que sean, así en el orden físico como en el moral, pueden llegarse para ser curados a este Salvador, de quien había oído hablar al Apóstol, a los primeros discípulos, y también probablemente a la Santísima Virgen. Quiere que tomemos como nuestras y como dirigidas a nosotros las palabras cariñosas de Jesús: “A vosotros, amigos míos, lo digo… No temas, rebañito mío…”, y parece que se siente, al leerlo, que la mirada de Jesús se posa sobre todos nosotros durante su Pasión y no sólo sobre San Pedro.

LA MORTIFICACIÓN DE LA CRUZ. — Pero tenemos que decir que San Lucas no peca por omisión Nos lleva, sí, dulce e irresistiblemente hacia els Maestro, mas no vacila para decirnos que, si queremos seguirle y hacernos dignos de él, nos es necesario cargar con la cruz, renunciarnos del todo a nosotros mismos y renunciar también a los bienes de este mundo; y que, a no hacerlo así, no seremos nunca dignos de él, del Señor. Y, porque a esto no se llega sin trabajos, nos lo dice dulcemente, como la melodía gregoriana de la antífona de la Comunión en el primer formulario del Común de un Mártir no Pontífice, a tiene esta antífona un aire cautivador y atrayente que nos anima a tomar con Jesús la cruz de cada día.

Esa cruz llevó sobre sus hombros nuestro Santo. En la oración de la Misa, la Iglesia le alaba “de haber llevado siempre en su cuerpo la mortificación de la cruz, para gloria del nombre de Dios”. Tal mortificación debió de ser muy meritoria, ya que la Iglesia le honra con el color rojo reservado a los mártires, a pesar de que tal vez sea el único apóstol y evangelista que no derramó su sangre por Cristo. Esta mortificación de la cruz fué su martirio, no un martirio de pocos días o de algunas horas, sino de toda su vida: martirio probablemente desconocido de sus contemporáneos, pero honrado hoy en la Liturgia de la Iglesia, a quien guía en todas las cosas el Espíritu Santo.

LA LECCIÓN. — Para nosotros es una lección. También nosotros a ejemplo de San Lucas podemos y debemos ser mártires. En el bautismo nos comprometimos a preferir la muerte al pecado mortal. Y puede ocurrir que un día tengamos que escoger entre la muerte y el pecado: en nuestra elección no deberá haber entonces duda, seguros de la recompensa que en breve nos darán. i Mas lo ordinario es que no tengamos que í escoger entre la muerte y el pecado; nuestra conciencia sólo nos pide que renunciemos a nuestro egoísmo: nos lo exige diariamente y, como todos los días tenemos que hacer nuevos esfuerzos, a veces nos rendimos, renunciamos ala amistad o por lo menos a la intimidad con Dios, guardando en nuestro corazón algunas, reliquias de amor propio. Renunciar a ellas equivaldría a asegurarnos la gloria y la recompensa del mártir, como San Lucas las goza en la bienaventuranza eterna. Ayúdenos su intercesión y su ejemplo a seguir sus huellas y las del Salvador y su Madre, tan bellamente retratados en el Evangelio.

VIDA. — Lucas nació en Antioquía, de familia pagana. Se convirtió ciertamente hacia el año 40. San Pablo se encontró con él en Tróade y se le llevó el año 49 como compañero de su segundo viaje a Filipos. Lucas se juntará definitivamente más tarde al Apóstol para no volver a separarse. Al morir San Pablo, Lucas sale de Roma y desde esa fecha le perdemos de vista y nada de cierto volvemos a saber de él.

El alma de San Lucas es toda bondad y dulzura. Hace uso de su talento literario para escribir su evangelio hacia el año 60, con el fin de atraer a los gentiles a la gracia y a la misericordia del Señor. Algo más tarde escribirá los Hechos de los Apóstoles. Morirá sin derramar su sangre por Cristo, pero la Iglesia le honra como mártir a causa de su mortificación y de los trabajos que padeció a lo largo de su vida por la causa del Evangelio.

LA MORTIFICACIÓN DE LA CRUZ. — Te damos gracias, evangelista de los gentiles, por haber puesto fin a la larga noche que nos tenía cautivos y haber caldeado nuestros corazones. Como confidente de la Madre de Dios, tu alma conservó de estas relaciones el perfume de sabor virginal que se percibe en tus escritos y en toda tu vida. Cariño discreto y abnegación callada fueron las partes que te tocaron en la gran obra, en la que el Apóstol de las naciones, muchas veces desamparado y traicionado, te encontró tan fiel en el tiempo del naufragio y del cautiverio, como en los días de prosperidad. Con razón, pues, la Iglesia te aplica las palabras que decía de sí mismo Pablo: “Siempre atribulados, perseguidos, abatidos; llevando en nuestro cuerpo, mientras vivimos, el estado de muerte de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste también en nuestra carne mortal”. A este Hijo del hombre, al que nos enseñó a amar en su Evangelio tu pluma inspirada, le revelas también reproduciendo en ti su propia santidad.

EL PINTOR. — Conserva en nosotros el fruto de tus múltiples enseñanzas. Si te honran los pintores cristianos, si es conveniente que aprendan de ti que el ideal de toda belleza reside en el Hijo y en su Madre, hay un arte, con todo, mucho más sublime que el de las líneas y los colores: el arte de reproducir en nosotros la semejanza divina. Queremos sobresalir en tu escuela por este último arte; pues por tu maestro San Pablo sabemos que la conformidad de imagen con el Hijo de Dios es el único título de la predestinación de los elegidos.


EL MÉDICO. — Protege a los médicos cristianos; tienen a honra el seguir tus huellas; ejerciendo su profesión abnegada y de caridad, confían en el crédito de que gozas cerca del autor de la vida. Ayuda a su solicitud para curar o aliviar las enfermedades; infúndeles un celo santo cuando adviertan próximo el paso terrible de la muerte.

Hoy, por desgracia, el mundo reclama para su debilidad senil la solicitud de todos los que estén en condiciones de conjurar, sea por medio de la oración, sea por medio de la acción, los muchos y grandes peligros que le amenazan. Cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿creéis que aún encontrará fe en la tierra? Así hablaba el Señor en tu Evangelio. Pero decía también que hay que orar siempre y no desfallecer jamás; y añadía para la Iglesia de nuestros días y de todos los tiempos, esta parábola de la viuda que a fuerza de importunar, terminó por conquistar la mala voluntad del juez inicuo en cuyas manos andaba su causa: Y Dios ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y ha de sufrir siempre que se los oprima? Os digo que les hará justicia sin tardar.

sábado, 15 de octubre de 2022

Novena al arcángel San Rafael para que guie y proteja a nuestros Hijos

 

Novena Adaptada para uso privado




Ilustre Arcángel San Rafael, que acompañaste fielmente al joven Tobías desde Siria hasta Media, dígnate también acompañar a mi hijo en el peligroso viaje que está haciendo ahora desde el Tiempo a la Eternidad.


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, es ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.



Sabio Arcángel San Rafael, que mientras caminaba junto al río Tigris preservaste al joven Tobías del peligro de muerte, enseñándole cómo obtener el control de los peces que lo amenazaban, preserva también la vida de mi hijo de los ataques del mundo, la carne o el diablo  que estén amenazando con devorarlo y enséñale a tener control y dominio propio.


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, es ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.


Compasivo Arcángel San Rafael, quien, por un milagro maravilloso restauraste el precioso don de la vista al ciego Tobías, libera te lo suplico, de la vida de mi hijo la ceguera que lo aflige y la deshonra, para que el conozca el verdadero valor de las cosas. Nunca permitas que las apariencias lo engañen, sino ayúdalo a caminar siempre seguro en el camino de los Mandamientos Divinos.


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, es ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

Perfecto Arcángel San Rafael, siempre de pie ante el trono del Altísimo para alabarle, bendecirle, glorificarle y servirle, obtén para mi hijo la gracia de no perder nunca de vista la divina presencia, para que sus pensamientos, sus sueños, sus palabras, sus planes y sus obras estén siempre dirigidas a la gloria de Dios y a su propia santificación.


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, es ahora y siempre será, por los siglos de los siglos. 

lunes, 10 de octubre de 2022

Nuestra Señora del Pilar destructora del Paganismo, Reina de la Evangelización y patrona de la hispanidad ruega por nosotros

 




La virgen le prometió al Apóstol Santiago, la victoria sobre el paganismo, para ayudarlo en su misión de Evangelización.


EL AÑO LITÚRGICO – Dom Prospero Gueranger, Abad de Solesmes 

Conocido de todos los españoles es el relato de la antigua y piadosa tradición. Caminaba por las riberas del Ebro el Apóstol Santiago, anunciando la buena nueva a los iberos valientes e indómitos. La indiferencia de sus oyentes le tenía apesadumbrado y estaba ya a punto de desmayar cuando la Virgen María se le presentó una noche, anunciándole que aquellos trabajos suyos no serían estériles y que la semilla por él derramada y protegida cariñosamente por sus manos virginales, daría frutos de bendición a través de los tiempos. Alentado por esta visión, el Apóstol prosiguió su obra evangelizadora, conservando imborrable el recuerdo de aquel lugar que había sido santificado con la presencia de la Madre de Dios y del Pilar en que se habían posado sus plantas.

 Allí se levantó más tarde un templo que es la actual basílica del Pilar en Zaragoza, fuente de gracias, escenario de perdones y conversiones, centro de peregrinaciones que acuden allí de toda España, que considera a la Virgen del Pilar como su celestial patrona, y al Pilar mismo, como símbolo de su fe y el centro de su fervor religioso, siempre pujante y sincero. Desde aquel trono, en que Nuestra Señora recibe el homenaje de todos los españoles, derrama sus gracias en todas las direcciones, vela por la conservación de la fe, y ruega bondadosa por el florecimiento del inmenso y lozano árbol de la hispanidad. ¡Oh Madre, Madre nuestra del Pilar, que de tantos peligros has librado a España a través de los siglos y que significas con milagros, como el del joven de Calanda, a quien restituíste el pie cortado y enterrado, que te agradan nuestros obsequios filiares, consérvanos perenne esa invencible confianza!




Oh Virgen Madre del Pilar, que te dignaste  aparecer a Tu amado discípulo, Santiago, prometiéndole la victoria sobre el paganismo, y la abundante bendición de sus trabajos para la propagación de la verdadera fe católica, asegúranos a nosotros también, que somos los hijos de esa misma fe, la victoria sobre nuestros muchos enemigos  y sobre el paganismo que está asolando la cosecha de almas en nuestros días.


                                                 

La Santísima Virgen le dijo a San Antonio María Claret en el siglo XIX: «En el Santo Rosario está cifrada la salvación de España.

 
El día 12 de octubre de 1492, precisamente cuando las tres carabelas de Cristóbal Colon avistaban las desconocidas tierras de América, al otro lado del Atlántico, los devotos de la Virgen del Pilar cantaban alabanzas a la Madre de Dios en su santuario de Zaragoza. Llevando la  fe católica a aquellas tierras en alas de “Santa María”.




Liberándolos de la barbarie del paganismo, del canibalismo, de una sexualidad pervertida, para llevarles la salvación. 



“Europa regresará a la fe o perecerá.”
— Hilaire Belloc, Europa y la Fe 


España conquistó almas para Cristo


Papa Pío XII

  • De idolatras a devotos hijos de la Iglesia

 

El orgullo de esta fe exalta vuestro nombre y hace sagradas muchas páginas de vuestra historia; esta fe elevó sobre los vestigios de la civilización precolombina, y sobre las salvajes soledades, y hasta más allá de las vertiginosas cimas de vuestros montes el espíritu misionero que, regenerándolos romanamente, transformó aquellos pueblos idólatras en devotos hijos de la Esposa de Cristo. (Pío XII. Radiomensaje al II Congreso Eucarístico Nacional de Perú, 27 de enero de 1940)

Papa Pío IX

  • España fundaba su grandeza en la propagación de la fe cristiana

  • Siempre España ha mostrado una especial predilección por esta Silla apostólica y procurado llevar la civilización cristiana todas las naciones del globo. La bandera española ha flotado en los mares de América, India y otras regiones, para manifestar que ella era el símbolo de la fe de Jesucristo, a diferencia de la bandera tricolor [de la Revolución Francesa] que representa y produce todo lo que todos sabemos. Por eso, España fue grande en pasados tiempos, porque fundaba su grandeza en propagar la religión cristiana, servirla y defenderla, y hacer para conseguirlo toda clase de sacrificios.(Pío IX. Respuesta al homenaje de los peregrinos de España por ocasión del XXV aniversario de su pontificado, 20 de junio 1870)

Papa Pío X

  • Nación fiel a la Religión católica, a su fe y tradiciones

  • Me congratulo con vosotros y con todos los Obispos de la América Española, porque vuestras naciones […] han permanecido fieles a su fe y a sus tradiciones. Con este acto de fidelidad, que hoy manifestáis a España, estáis probando que reconocéis la deuda de gratitud que le debéis y que ensalzáis … España, a pesar de todas las contrariedades, se ha mantenido siempre fiel a la Religión católica, apostólica y romana, y, cierto que así seguirá manteniéndose en el futuro. (Pío X. Alocución, 22 de noviembre de 1908)

 


El objetivo de la evangelización de América: llevar la vida divina a los paganos y tratarlos como a hijos de Dios.
 
Papa Pío V

  • Que veléis por reconducir este pueblo a costumbres pacíficas y modos de vida civilizados.

  •  Deseamos también que veléis, cuanto en Vos está, por reconducir este pueblo, y sobre todo aquellos con que la ayuda del Señor fueron recibidos en la fe cristiana, de los hábitos de vida salvaje para costumbres más pacíficas y modos de vida civilizados, como aún persuadirlos a que abandonando aquella torpe desnudez del cuerpo, a la cual se dice estar acostumbrados, asuman vestidos convenientes al pudor cristiano y a las costumbres civilizadas. (Pío V. Carta Etsi fraternitas tuam al obispo de San Salvador de Bahía)

 
  • Por la propagación de la religión, su reino también será consolidado y aumentado

Porque el motivo por el cual aquella parte del mundo fue concedida desde el inicio a vuestros mayores, fue para que los que aún no recibieron la fe de Cristo, en virtud del gobierno loable de aquellos que deben dirigirlos como también por los buenos ejemplos de los que deben llevarles la doctrina cristiana, sintiendo ser suave y ligero el yugo de Cristo y no siendo oprimidos por aquellos que deben cuidar de ellos y nutrirlos como si fuesen tiernas plantas en la viña del Señor, y aún encender y aumentar en ellos el amor por la Religión cristiana. Vuestra Majestad esté cierto de que, por la propagación de la religión, su reino también en aquellas regiones, por la bondad y favor divinos, será consolidado y aumentado, y preparará para sí, por los méritos obtenidos junto a aquellos pueblos y ante la religión, un premio no sólo en esta vida como también en la otra. (Pío V. Carta Cum oporteat nos al rey Felipe II, 17 de agosto de 1568)

Los Papas no callaron delante las injusticias. Condenación bajo pena de excomunión a los que esclavizaron los pueblos conquistados en América.


Papa León XIII

  • Millones de hombres han sido llamados de la muerte a la vida sempiterna

Del seno del inexplorado océano, gracias a él [Cristóbal Colón], surgió un nuevo mundo; millones de hombres, que se hallaban en el olvido y en las tinieblas, se han reintegrado a la sociedad, y han vuelto de la barbarie a la mansedumbre y la humanidad; y, lo que es más, han sido llamados de la muerte a la vida sempiterna por la comunicación de los bienes que Jesucristo engendró.
En efecto, es indiscutible que lo que primariamente le indujo a realizar esta gesta fue la propagación del Evangelio por nuevas tierras y nuevos mares. (
León XIII. Encíclica Quarto Abeunte Saeculo, 16 de junio de 1892)
  • Colón transportó en sus carabelas las primicias de la religión cristiana

[Colón] Guiado constantemente por este propósito, lo primero que hacía al arribar a nuevas tierras, era plantar en las playas una imagen de la Cruz sacrosanta. Por lo cual, así como Noé, navegando sobre las olas desbordantes, transportaba con los restos del género humano la raza de Israel, así también las carabelas de Colón, lanzadas al océano, transportaban a las playas ultramarinas el principio de las grandes naciones y las primicias de la religión cristiana. (León XIII. Encíclica Longinqua Oceani. A los Obispos de los Estados Unidos de América. 6 de enero de 1895)


«El ecumenismo es el enemigo de la Inmaculada» – San Maximiliano Kolbe
¡Santiago, Desperta Ferro y Cierra, España!

“El Rosario es el arma de combate de las batallas espirituales de los últimos tiempos” Sor Lucia
Virgen del Pilar ruega por nosotros.