jueves, 30 de noviembre de 2023

Gracias al proselitismo de San Andrés, su hermano Pedro encontró al Mesías

                                 

 
San Andrés: “Hemos encontrado al Mesías.”
Apóstol y Mártir

 

Crisóstomo, in Ioannem, hom. 18 et 19

Lo que Andrés aprendió de Jesús, no lo retuvo para sí, sino que lleno de alegría corrió inmediatamente a contar a su hermano el bien que había recibido. Por esto sigue: "Este halló primeramente a su hermano Simón y le dijo: hemos encontrado al Mesías, que quiere decir el Cristo".

 

San Beda:

Esto en verdad quiere decir encontrar al Señor, encenderse en su amor y cuidar también de la salvación de sus hermanos. (Catena Aurea)


Bergoglio le dinamita a los judíos el único puente de Salvación que es Cristo.

 
 
El apóstol San Andrés tampoco pertenece a la secta herética de Bergoglio. Todo el Evangelio contradice las herejías que propaga abierta y obstinadamente el heresiarca Jorge Mario Bergoglio.

 



Bergoglio es un masón,  un apostata enemigo de la fe católica.  
https://www.lifesitenews.com/news/pope-very-grave-sin-for-catholics-to-try-to-convert-orthodox

El Pueblo Judío esperaba al Mesías, pero muchos de ellos como explica San Juan amaron mas la oscuridad y las tinieblas, pues en su soberbia, amaron mas su pecado y por eso rechazaron aceptar al  Mesías, que le ofrecía la salvación.


Juan 1:10-11 

Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y, aunque Dios hizo el mundo por medio de él, los que son del mundo no lo reconocieron.  Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron.

San Agustín, ut sup

Mas si ninguno le recibió, ninguno se ha salvado; porque ninguno puede salvarse sino el que recibe a Jesucristo cuando viene. Y por esto añade: "Mas a cuantos le recibieron".

 




1. No conoce a Cristo quien no le lleva la salvación a un Judío.



No ha encontrado al Mesías el que honra a un Judío talmúdico anti-cristiano promotor de la sodomía, que niega a Cristo.  






Desde Argentina podemos ver que Bergoglio tampoco ha encontrado al Mesías, donde este apóstata,  honró al rabino judío pro-homosexual, que es su amigo personal, que se burla de Cristo y ataca a la Iglesia Católica y niega que Cristo sea el Mesías.
 





No queremos que éste reine sobre nosotros”, dijeron a Pilato “¡crucifícale!”.

 

San Agustín, De quaest. evang. 2,61

(Catena Aurea Lucas 19:14)

Enviaron también legados después de El, porque aun después de su resurrección persiguieron a los apóstoles y despreciaron la predicación del Evangelio.

San Juan Crisóstomo, ut sup (Catena Aurea - Jn 1:11-13)

 

Y como en estos mismos bienes inefables es propio de Dios dar la gracia y del hombre prestar su fe, añade: "A los que creen en su nombre". Y ¿por qué no nos dices a nosotros ¡oh Juan! qué castigo tendrán aquellos que no le recibieron? ¿Acaso será mayor para ellos por haber podido hacerse hijos de Dios y haberse privado voluntariamente a sí mismos de tan grande honor? Un fuego inextinguible se apoderará de ellos, como más adelante dice claramente.

 
Juan 5:43
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis.

 
 
 
2. No ha encontrado al Mesías quien en lugar de predicarle a otros la salvación, reemplaza a Cristo y se convierte a sí  mismo en el centro de adoración.
 

https://enraizadosencristo.wordpress.com/2017/04/15/apostasia-bergoglio-le-pide-oracion-a-un-homosexual-activo/


Santa Hildegarda de Bingen

 Y con estas palabras imperiosas creerá poder subyugar a mucha gente, para que en comparación con los suyos, el Hijo de Dios tenga solo un pequeño número de fieles.

 
El 29 de junio de 2010 Bergoglio visitó un centro islámico y dijo: “Yo vine como hermano a estrechar vínculos”.


3. No ha encontrado al Mesías, quien no se lo lleva a los musulmanes para que se salven, sino que lo confirma en su rechazo a Cristo.

 
Quien no acepta a Cristo como redentor no se salva.

Mateo 10:33 pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.



4. No conoce a Cristo ni lo ha encontrado quien ve a un excomulgado comunista, ateo, acercándose a la muerte, le intercambia regalos, sin llevarle el mejor regalo que es Cristo y sin interesarse por la salvación de su alma.
 
 
 
No ha encontrado al Mesías quien le dice a un ateo que no busca su conversión. 

  

5. No conoce a Cristo quien ve a otro en pecado mortal y lo confirma en su perversión.  
 


Aceptar a Cristo  como redentor significa aborrecer el pecado.
 

Juan 3:18-19.
»Quien en El cree, no es juzgado: mas el que no cree, ya ha sido juzgado, porque no cree en el nombre del Unigénito Hijo de Dios".  Mas este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
 

San Agustín, In Ioannem tract., 12

¿Por qué es llamado Salvador del mundo, sino para que salve al mundo? Luego un médico había venido a curar al enfermo. A sí mismo se mata el que no quiere cumplir los preceptos del médico, o los desprecia.


San Juan Crisóstomo, In Ioannem hom., 27 (Catena Aurea)

Y porque dice esto, muchos de los que viven sumidos en toda clase de pecados y en gran negligencia, abusando de la infinita misericordia divina, dicen que no hay infierno ni castigo, y que el Señor nos perdona todos los pecados 1. Pero debe tenerse en cuenta que hay dos venidas de Jesucristo: la que ya se ha realizado y la que habrá de realizarse. La primera no fue para juzgar lo que nosotros habíamos hecho, sino para perdonarlo. Mas la segunda será no para perdonar sino para juzgar. Respecto de la primera dice: "No he venido para juzgar al mundo", porque es compasivo, no juzga, sino que antes perdona los pecados por medio del bautismo y después por la penitencia. Porque si no lo hubiera hecho así todos estarían perdidos, pues que todos pecaron y necesitan de la gracia de Dios ( Rom 34,23). Y para que alguno no creyese que podía pecar impunemente, habla de los castigos reservados a los que no creen"Ya está juzgado" dijo antes. Mas el que cree en El no es juzgado. El que cree, dijo, no el que investiga. ¿Qué será, pues, si lleva una vida corrompida? Y con mayor razón, diciendo San Pablo que estos no son fieles. Dice, además: "Confiesan que conocen a Dios, y lo niegan con las obras" ( Tit 1,16); pero esto significa que el que cree no será juzgado, pero que sufrirá el castigo de sus obras; sin embargo no padecerá por causa de infidelidad.
 1. Al final del peregrinar terreno.
San Gregorio, Moralium 26, 24

En el último juicio algunos no serán juzgados y perecerán. De éstos se dice aquí: "El que no cree ya está juzgado", pues entonces no será discutida su causa, porque ya se presentarán delante del severo juez con la condenación de su infidelidad. Y los que conservan su profesión de fe, pero carecen de obras, serán mandados a padecer. Mas los que no conservaron los misterios de la fe no oirán la increpación del juez en su último examen, porque prejuzgados ya en las tinieblas de su infidelidad, no merecerán oír la reconvención de Aquél a quien despreciaron. Y sucede también que un rey de la tierra, o el que rige una república, castiga de diferente modo al ciudadano que delinque en el interior que al enemigo que se rebela en el exterior. En el primer caso obra según sus propias leyes; pero la guerra lo mueve contra el enemigo, vengándose con iguales desastres de su malicia, porque tampoco hay necesidad de aplicarle la ley al que nunca estuvo sujeta a ella.

 

Alcuino (Catena Aurea):
Y el que cree en El y se identifica con El, como los miembros con la Cabeza, no será juzgado.
San Agustín, ut supra
Pero ¿qué esperabas que dijese del que no cree sino que será juzgado? Pero véase lo que dice: "Mas el que no cree ya ha sido juzgado". No se ha manifestado aún el juicio, pero ya ha sido realizado. Porque conoce el Señor a los que son suyos, conoce a los que perseverarán hasta obtener la corona y a los que serán contumaces hasta el fuego.

Alcuino (Catena Aurea):

Y por qué está juzgado el que no cree, lo explica diciendo: "porque no cree en el nombre del Unigénito Hijo de Dios", pues sólo en el nombre de Este se encuentra la salvación. Dios no tiene muchos hijos que puedan salvar; sólo tiene a su Unigénito, que es por medio de quien salva. 
 
Oficio de Lectura, 30 de Noviembre, San Andrés, Apóstol
Hemos encontrado al Mesías
De las homilías del obispo san Juan Crisóstomo sobre el Evangelio de san Juan:

Andrés, después de permanecer con Jesús y de aprender de él muchas cosas, no escondió el tesoro para sí solo, sino que corrió presuroso en busca de su hermano, para hacerle partícipe de su descubrimiento. Fíjate en lo que dice a su hermano: Hemos encontrado al Mesías, que significa Cristo. ¿Ves de qué manera manifiesta todo lo que había aprendido en tan breve espacio de tiempo? Pues, por una parte, manifiesta el poder del Maestro, que les ha convencido de esto mismo, y, por otra, el interés y la aplicación de los discípulos, quienes ya desde el principio se preocupaban de estas cosas. Son las palabras de un alma que desea ardientemente la venida del Señor, que espera al que vendrá del cielo, que exulta de gozo cuando se ha manifestado y que se apresura a comunicar a los demás tan excelsa noticia. Comunicarse mutuamente las cosas espirituales es señal de amor fraterno, de entrañable parentesco y de sincero afecto.
Pero advierte también, y ya desde el principio, la actitud dócil y sencilla de Pedro. Acude sin tardanza: Y lo llevó a Jesús, afirma el Evangelio. Pero que nadie lo acuse de ligereza por aceptar el anuncio sin una detenida consideración. Lo más probable es que su hermano le contase más cosas detalladamente, pues los evangelistas resumen muchas veces los hechos, por razones de brevedad. Además, no afirma que Pedro creyera al momento, sino que lo llevó a Jesús, y a él se lo confió, para que del mismo Jesús aprendiera todas las cosas. Pues había también otro discípulo que tenía los mismos sentimientos.
Si Juan Bautista, cuando afirma: Éste es el Cordero, y: Bautiza con Espíritu Santo, deja que sea Cristo mismo quien exponga con mayor claridad estas verdades, mucho más hizo Andrés, quien, no juzgándose capaz para explicarlo todo, condujo a su hermano a la misma fuente de la luz, tan contento y presuroso, que su hermano no dudó ni un instante en acudir a ella.
Oración
Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés, a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.






Novena de San Andrés, llamada novena de la Navidad

                                                    


Esta es la novena de San Andrés, aunque no va dirigida directamente a él, a esta oración se le conoce como la novena de la Navidad y se le atribuyen muchos milagros.






Novena de Navidad para obtener un favor.

 


Bendita y alabada sea la hora y el momento en que el Hijo de Dios nació de María la Virgen Purísima, a medianoche, en Belén, en el frío penetrante. En esa hora, dígnate, ¡Oh Dios mío! escuchar mi plegaria y conceder mis deseos (mencionar la intención), por los méritos de Nuestro Salvador Jesucristo, y por su bendita Madre 
Amen.

Rezar con fervor esta oración quince veces cada día desde la fiesta de San Andrés (30 de noviembre) hasta Navidad (25 de diciembre).

[Imprimatur: +MICHAEL AUGUSTINE, Archbishop of New York, New York, February 6, 1897.]

domingo, 26 de noviembre de 2023

Prof. Plinio: La Medalla Milagrosa es una especie de escudo para la lucha contra todas las tentaciones del Diablo

 

Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
- 27 de noviembre


Prof. Plinio Corrêa de Oliveira
Hoy es el día de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. En este día del año 1830, Nuestra Señora se apareció a Santa Catalina Labouré en París y le reveló el diseño de la Medalla Milagrosa. A medida que se conoció esta revelación, se constató que la Medalla Milagrosa fue el agente de una enorme cantidad de conversiones extraordinarias, las cuales quedaron debidamente registradas en documentos oficiales, demostrando que esta devoción era muy deseada por Nuestra Señora.

Santa Catalina Labouré, elegida por Nuestra Señora para entregar al mundo la Medalla Milagrosa

Por esta razón se estableció una excelente costumbre de colocar una Medalla Milagrosa como pieza central del Rosario. Esta devoción preparó las almas para la definición de uno de los dogmas marianos más importantes: la Inmaculada Concepción.

Por lo tanto, vale la pena analizar la Medalla y todo lo que simboliza para comprender lo que la Divina Providencia tenía en mente cuando otorgó tantas gracias a esta Medalla revelada a Santa Catalina Labouré.

En un lado de la Medalla tenemos a Nuestra Señora de pie en la cima del mundo, lo cual es una afirmación de su Reinado sobre toda la Tierra.

Esta misma doctrina del Reinado de Nuestra Señora fue reafirmada en Fátima como una victoria de la Contrarrevolución: "Rusia extenderá su error por todas partes; el Papa tendrá mucho que sufrir; la Iglesia será perseguida; finalmente, Mi Inmaculado Corazón triunfará". La Revolución será derrotada y tendremos la victoria del Inmaculado Corazón de María.

Nuestra Señora también está pisando a la Serpiente, lo cual es totalmente coherente con el mensaje de Fátima.

En este lado de la Medalla están escritas estas palabras: "Oh María Sin Pecado Concebida, Ruega Por Nosotros que Recurrimos a Vos". Esto evidentemente se refiere a la Inmaculada Concepción.

A la izquierda, una representación de la Inmaculada Concepción, a la derecha, Nuestra Señora de las Gracias como apareció en la Medalla Milagrosa.

Pero hay más. En la imagen de Nuestra Señora aparece algo diferente de las imágenes tradicionales de la Inmaculada Concepción como tal. Sobre la medalla, la Virgen tiene las manos extendidas y abiertas en un gesto de legado, y de sus manos brotan rayos de luz, que son los favores, las gracias que da al mundo.

Entonces, tenemos algo que nos hace pensar en la Mediación Universal de Nuestra Señora. Las gracias vienen de Dios, pero todas se distribuyen por las manos de Nuestra Señora y caen sobre el mundo en una cantidad enorme.

La victoria sobre la Revolución vendrá en el ápice culminante de las vicisitudes de la Santa Madre Iglesia y, por tanto, como la realización de las profecías de Fátima.

Aquí tenemos una serie de conceptos que se unen para darnos una visión grandiosa de la victoria de Nuestra Señora sobre el mundo.

Estas gracias caen sobre el mundo para la conversión de los pecadores y para la protección de los fieles hasta el final, pero también para el castigo de los que se endurecen a la gracia divina. Estas gracias brotan de las manos de Nuestra Señora como un manantial de montaña. Es afable, sonriente y acogedora con todos aquellos que se dirigen con confianza a Ella, pidiendo las gracias que necesitan.

Reverso de la medalla milagrosa

El otro lado de la medalla no es menos simbólico. Contiene los elementos de varias devociones que se unen como un todo. Vemos una serie de 12 estrellas como en la corona de Nuestra Señora aplastando la cabeza de la Serpiente de la que habla el Apocalipsis: " Y una gran señal apareció en el cielo: Una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas "(12: 1).

Luego, en el centro está la M, que es la M del nombre María . Encima de él y entrelazándose con él hay una Cruz. Esto nos recuerda mucho a San Luis Grignion de Montfort en el Tratado de la Verdadera Devoción en el que predijo el Reino de Jesús a través de María: “Es por la Santísima Virgen María que Jesucristo vino al mundo, y es también por Ella que reinará en el mundo".

Luego, debajo de esa M, encontramos los dos corazones que representan las dos grandes devociones del Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. Son gracias que se nos conceden para afrontar los tiempos modernos en la lucha contra la Revolución.

Tenemos, entonces, la afirmación de la Inmaculada Concepción, dogma que se definiría algunas décadas después, y las devociones del Sagrado Corazón de Jesús y e Inmaculado de María, que se dieron para evitar la Revolución en Francia. De la misma manera, la obra de San Luis de Montfort también fue entregada a Francia para evitar la Revolución Francesa. Estas devociones fueron entregadas a los católicos para que pudieran luchar contra la Revolución y derrotarla.

Todos estos símbolos confluyen como una especie de compendio de los puntos más sensibles de la piedad católica y el objeto natural de sus mejores inclinaciones.

Un escudo entregado a los hombres para luchar contra la Revolución.

Por eso la Medalla Milagrosa es objeto de tantas gracias. Por eso deberíamos amar esta Medalla, viendo en ella una especie de anteproyecto para los contrarrevolucionarios. Debemos usarlo siempre, tenerlo siempre con nosotros.

Se ve que la piedad católica sabe arreglar las cosas, presentando esta devoción en el momento oportuno. Otra espléndida devoción que los católicos han tenido desde la Edad Media es el Rosario. Así, colocar esta Medalla como su pieza central, uniendo la primera y la última de las deccenas del Rosario, es una idea afortunada y armónica. Constituye así un todo congruente que debería hablarnos mucho y aumentar nuestra devoción a Nuestra Señora.

Pidamos a la Virgen que, con las gracias de la Medalla Milagrosa, acelere el día de su victoria sobre la Revolución. Pidamos también que nos ayude a ser fieles durante las tormentas que se acercan. Recordemos siempre que la perseverancia es una gracia invaluable.

En efecto, ¿de qué nos vale tener fe y las demás virtudes si no tenemos perseverancia? La perseverancia no es fruto de nuestras cualidades personales. Es el fruto de una gracia que debemos pedir humildemente e implorar con insistencia, para luego corresponderle. Por tanto, también debemos pedir las gracias que aseguren la perseverancia.
No recuerdo qué buen autor dijo que los demonios del aire son tan numerosos que si se vieran, oscurecerían la luz del sol del mediodía. Estos son los demonios que predisponen a las almas al pecado. Preparan el ambiente para que las almas accedan a las tentaciones que hacen los otros demonios, los demonios del infierno, para llevarlas al pecado. Si el mal es tan abrumador hoy, es porque el ambiente psicológico ya está preparado para que el hombre peque.

Tengo la impresión de que cada uno de nosotros es tentado por los demonios del infierno muchas veces al día, y que estas tentaciones están debidamente preparadas por los demonios del aire. Entonces, debemos entender que esta Medalla con todos los símbolos que Nuestra Señora deseaba colocar en ella es una promesa de su alianza con sus verdaderos devotos.

La Medalla Milagrosa es una especie de escudo para la lucha contra todas las tentaciones del Diablo. La invocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa junto con la jaculatoria que despliega - "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Vos" - son particularmente eficientes en la lucha que tenemos que librar contra los poderes de las tinieblas en nuestro días.

Oración de Consagración a la Milagrosa

 


Postrado ante vuestro acatamiento, ¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, y después de saludaros en el augusto misterio de vuestra concepción sin mancha, os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones y Protectora ante la majestad de Dios. Yo os prometo, virgen purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria, a la vez que os prometo también promover en los que me rodean vuestro amor. Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte. Amén.

Ratisbonne se convirtió del Judaísmo gracias a la Virgen de la Medalla Milagrosa

 La devoción a la virgen de la medalla milagrosa, es otra devoción católica mariana en contra del ecumenismo- apóstata que difunde el heresiarca Bergoglio, que no busca la conversión de nadie a la verdadera y única religion que salva, la católica. Observen que cuando el heresiarca habla de la 'iglesia universal' no se refiere a la Iglesia católica sino que utiliza el mismo lenguaje camuflado del heresiarca Leonardo Boff para promover una nueva religión universal masónica anticatólica

 
 
Nuestra Señora del Milagro
Aparición al 
judío Alfonso Ratisbonne Iglesia de San Andreas delle Fratte, Roma, 1842
Alfonso Tobie Ratisbonne (1812-1884), abogado, banquero muy rico, judío pero libertino. Despreciaba particularmente a la Iglesia Católica y al clero. Resentía que su hermano Teodoro se había convertido y ordenado sacerdote.
En 1842, Ratisbonne se encontraba en Roma. Allí se encontró con el Barón De Bussiéres, francés converso del protestantismo, hombre devoto y conciente de su responsabilidad de evangelizar. Este le contó de los milagros que estaban ocurriendo por medio de la Medalla Milagrosa. Pero Ratisbonne lo rechazó tildándolo de supersticioso.  
El Barón no se dio por vencido y desafió a Ratisbonne a someterse a una simple prueba sobre la eficacia de la medalla. Debía llevarla y rezar el Memorare todos los días. Ratisbonne, ante la insistencia del Barón y para demostrar que nada le iba a persuadir a convertirse, se puso la medalla.  El Baron un grupo de amigos se comprometieron a rezar por la conversión de Ratisbonne. Entre ellos, el conde Laferronays, que estaba muy enfermo y ofreció su vida por la conversión del “joven judío”.  Ese mismo día entró en la Iglesia y rezó 20 Memorares por esa intención, sufrió un ataque al corazón, recibió los sacramentos y murió.
El día siguiente, el 20 de enero de 1842, el Barón se encontró con Ratisbonne cuando iba a la iglesia de Sant Andrea delle Fratte, cerca de la Plaza de España en Roma, para hacer los arreglos de un funeral. Los dos entraron en la iglesia y Ratisbonne se quedó mirando las obras de arte mientras su amigo estaba en la rectoría. De pronto, el altar dedicado a San Miguel Arcángel se llenó de luz, y se le apareció, majestuosa, la Virgen María, tal como en la imagen de la medalla que llevaba al cuello. El se arrodilló y se convirtió. Mas tarde escribió: "Una fuerza irresistible me llevó hacia ella. Ella me pidió que me arrodillara. Ella no dijo nada pero yo lo entendí todo"  Cuando el barón regresó de la rectoría se encontró a su amigo orando de rodillas con gran fervor frente al altar de San Miguel. Ratisbon entonces le dijo que deseaba confesarse y prepararse para entrar en la Iglesia. El 31 de enero recibió el bautismo, la confirmación y la comunión de manos del Cardenal Patrizi.
La conversión de Ratisbonne fue muy famosa y tuvo gran impacto en una cultura muy influenciada por el racionalismo, que rechaza las realidades espirituales. En 1847 Alfonso Ratisbonne fue ordenado sacerdote jesuita. Su hermano  inspirado por su conversión fundó la congregación de “Nuestra Señora del Sión”, con sede en Israel, cuyo carisma es la evangelización del pueblo judío (Romanos 11, 25-26).
El San Miguel del altar del milagro en San Adreas de Fratte ha sido remplazado por una gran pintura de la Virgen según Ratisbonne la describió. (San Miguel fue movido a otro lugar de la misma iglesia).

Alfonso Ratisbone entró en la Compañía de Jesús. Ordenado sacerdote, fue destinado a París donde estuvo ayudando a su hermano Teodoro en los catecumenados para la conversión de los judíos. Después de haber sido por 10 años Jesuita, con permiso sale de la orden y funda en 1848, las religiosas y las misiones de Ntra. Sra. de Sión. En solo los diez primeros años Ratisbone consiguió la conversión de 200 judíos y 32 protestantes. Trabajó lo indecible en Tierra Santa, logrando comprar el antiguo pretorio de Pilato, que convirtió en convento e Iglesia de las religiosas. También consiguió que estas religiosas fundasen un hospicio en Ain-Karim, donde murió santamente en 1884 a los 70 años. (Corazones.org)