miércoles, 23 de febrero de 2022

San Pedro Damián

San Pedro Damián

Nació en Ravena (Italia) el año 1007

Cardenal, obispo de Ostia, Doctor de la Iglesia (1007-72)

Benedictino, reformador eclesiástico y clerical.

Fiesta:  23 de Febrero

San Pedro Damián fue declarado doctor de la Iglesia por el Papa León XII.


Nació en Ravena en una familia ya numerosa y de condición modesta. Lo cual explica, sin justificarlo, que su madre lo abandonara. Pero una sirvienta lo recogió, le salvó la vida. Y además logró al cabo de cierto tiempo hacer que la indigna madre volviera a mejores sentimientos.

Quedó huérfano muy joven y un hermano suyo lo humilló terriblemente y lo dedicó a cuidar cerdos y le trató como si fuera un esclavo.  Otro de sus hermanos, que era arcipreste de Ravena, se compadeció de él y decidió encargarse de su educación. Viéndose tratado como un hijo, Pedro tomó de su hermano el nombre de Damián.  Este le mandó a la escuela, primero a Faenza y después a Parma.  Pedro fue un buen discípulo y, más tarde, un magnífico maestro.  A los 25 años de edad era profesor en Parma y posteriormente en Rávena.

San Pedro surgió en una época de relajamiento para apartar a los hombres del error y traerlos de nuevo al estrecho sendero de la virtud. Muchas personas se convirtieron y abandonaron los vicios gracias a su excelente trabajo pastoral.

San Pedro Damián combatió el vicio de la homosexualidad, el concubinato, el divorcio y luchó contra la simonía y la relajación eclesiástica.

  “Este mundo —escribió en el Libro Gomorriano—se hunde cada día de tal suerte en la corrupción, que todas las clases sociales están podridas. No hay pudor, ni decencia, ni religión; el brillante tropel de las santas virtudes ha huido de nosotros.

Todos buscan su interés; están devorados por el apetito insaciable de los bienes de la tierra. El fin del mundo se acerca, y ellos no cesan de pecar. Hierven las olas furiosas del orgullo, y la lujuria levanta una tempestad general. El orden del matrimonio está confundido, y los cristianos viven como judíos. Todos, grandes y pequeños, están enredados en la concupiscencia, nadie tiene vergüenza del sacrilegio, del perjurio, de la lujuria, y el mundo es un abismo de envidia y de hediondez”. 

Ermita de Santa Croce 


Se retiró al yermo de Fonte Avellana, donde fue elegido prior. Fue gran propagador de la vida religiosa allí y en otras regiones de Italia. En aquella dura época ayudó eficazmente a los papas, con sus escritos y legaciones, en la reforma de la Iglesia. Creado por Esteban IX cardenal y obispo de Ostia, murió el año 1072 y al poco tiempo era venerado como santo. 



Señor, ten piedad de los que te ruegan por mí, y de todos los que me han pedido que ore por ellos. Dales el espíritu de fecunda penitencia para controlar todos los vicios y hazlos abundantes en todas Tus virtudes.

- San Pedro Damián 



Oración:
San Pedro Damián, reformador de la Iglesia, azote de los malvados, ¡ven en nuestra ayuda con tus oraciones! Gran Doctor de la Iglesia, intercede por nosotros ante el trono de Dios. Por tus oraciones e intercesión, ayúdanos, oh aborrecedor del pecado, a huir del mal y abrazar el bien. También te pedimos, gran santo, que intercedas por esta especial intención: (expresa tu petición). ¡Ruega por nosotros, oh monje, oh cardenal, oh siervo de Dios! Amén. 

Oración de San Pedro Damián

Santa Virgen, Madre de Dios, socorred a los que imploran vuestro auxilio. Volved vuestros ojos hacia nosotros.

¿Acaso por haber sido unida a la Divinidad ya no os acordaríais de los hombres? ¡Ah!, no por cierto.

Vos sabéis en qué peligros nos habéis dejado, y el estado miserable de vuestros siervos;  no es propio de vuestra gran misericordia el olvidarse de una tan grande miseria como la nuestra.

Emplead en nuestro favor vuestro valimiento, porque el que es Omnipotente os ha dado la omnipotencia en el Cielo y en la tierra.

Nada os es imposible, pues podéis infundir aliento a los más desesperados para esperar la salvación.

Cuanto más poderosa sois, tanto más misericordiosa debéis ser.

Ayudadnos también con vuestro amor. Yo se, Señora mía. que sois sumamente benigna, y que nos amáis con un afecto al que ningún otro aventaja.

¡Cuántas veces habéis aplacado la cólera de nuestro Juez en el instante en que iba a castigarnos! Todos los tesoros de la misericordia de Dios se hallan en vuestras manos.

¡Ah! no ceséis jamás de colmarnos de beneficios.

Vos solo buscáis la ocasión de salvar a todos los miserables, y de derramar sobre ellos vuestra misericordia, porque vuestra gloria es mayor cuando por vuestra intercesión los penitentes son perdonados, y los que lo han sido entran en el Cielo.

Ayudadnos, pues, a fin de que podamos veros en el Paraíso, ya que la mayor gloria a que podemos aspirar consiste en veros, después de Dios, en amaros y en estar bajo vuestra protección.

¡Ah!, oídnos, Señora, ya que vuestro Hijo quiere honraros concediéndoos todo cuanto le pidáis.



"La mejor penitencia es tener paciencia con las penas que Dios permite que nos lleguen. Una muy buena penitencia es dedicarse a cumplir exactamente los deberes de cada día y a estudiar y trabajar con todo empeño". San Pedro Damián

lunes, 21 de febrero de 2022

Rosario de los Siete Dolores de María


Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria:

Dios mío, te ofrezco este Rosario para tu gloria, para honrar a tu Santa Madre, la Santísima Virgen, para compartir y meditar con ella su sufrimiento. Te ruego humildemente que me des un verdadero arrepentimiento por todos mis pecados. Dame sabiduría y humildad, para que pueda recibir todas las indulgencias contenidas en esta oración.

Hagamos un acto de Contrición:

Oh mi Señor y Salvador, Jesucristo, confiando en tu infinito amor me dirijo a ti por perdón y misericordia. Sinceramente me duele por las penas que sufristeis en vuestra amarga Pasión a causa de mis pecados. Por amor a ti, y ante tu santa presencia, renuncio y rechazo completamente todos los pecados de mi vida. Te pido perdón de todo corazón, resuelvo firmemente enmendar mi vida y preferiría morir antes que volver a ofenderte. Oh Santísima Virgen María, tú eres nuestra Madre tierna y el refugio de los pecadores. Corro hacia ti con confianza y amor cúbreme bajo tu manto de amor y protección. Mientras medito sobre las espadas del dolor que atravesaron tu Inmaculado Corazón, alcánzame el perdón de mis pecados y la gracia de vivir una vida de santidad heroica. 

Madre santísima, uno mi corazón al tuyo y ofrezco este rosario por los jóvenes: por su pureza y santidad, por su discernimiento vocacional y por su valentía en el seguimiento de Cristo.


[Rezo también por las siguientes intenciones particulares______]


Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.


V. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado.

R. Y renovarás la faz de la tierra.

V. Acuérdate, oh Señor, de tu congregación.

R. Que has poseído desde el principio.

V. Señor escucha mi oración.

R. Y que mi clamor llegue hasta Ti.


Oremos:

Ilumina nuestras mentes, te suplicamos, oh Señor, con la luz de tu resplandor, para que podamos ver lo que debemos hacer y podamos hacer lo correcto. Por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.  


Primer Dolor 

– La profecía de Simeón 

(cf. Lucas 2,22-35)


El Primer Dolor de Nuestra Señora fue cuando, habiendo presentado a Jesús, su Divino Hijo, en el Templo, escuchó las palabras del santo Simeón: “Una espada traspasará tu alma”; por la cual predijo la Pasión y Muerte de su Hijo Jesús.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Segundo Dolor 

– La huida a Egipto 

(Mateo 2,13-15)


El Segundo Dolor de nuestra Santísima Señora fue cuando se vio obligada a huir a Egipto, porque el Rey Herodes buscaba al Niño para matarlo.

V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Tercer Dolor 

– El Niño Jesús perdido en el Templo 

(Lucas 2,41 -50)


El Tercer Dolor de Nuestra Señora fue cuando, volviendo de Jerusalén después de la fiesta de la Pascua, perdió a su amado Hijo Jesús, y durante tres días, con San José, lo buscó afligida.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Cuarto Dolor 

– María se encuentra con Jesús camino al Calvario 

(IV Estación del Vía Crucis)


El Cuarto Dolor de nuestra Santísima Señora fue cuando se encontró en el camino del Calvario con su amado Hijo Jesús, cargando sobre Sus hombros magullados una pesada cruz, en la cual iba a ser crucificado por nuestra salvación.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Quinto Dolor 

– Jesús muere en la Cruz

(Juan 19,17-39)


El Quinto Dolor de nuestra Santísima Señora fue cuando vio a su Divino Hijo clavado en la cruz, derramando sangre por todas las partes de Su sagrado cuerpo, y después de tres horas de agonía lo vio morir.

V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Sexto Dolor 

– María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz 

(Marcos 15, 42-46)


El Sexto Dolor de Nuestra Señora fue cuando un soldado con una lanza abrió el Sagrado Costado de Jesús, y cuando Su Sagrado Cuerpo, siendo bajado de la cruz, fue puesto sobre su purísimo pecho.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Séptimo Dolor

 -Jesús es colocado en el Sepulcro 

(Juan 19, 38-42)


El Séptimo Dolor de nuestra Santísima Señora fue cuando vio el Santísimo Cuerpo de su Hijo Jesús puesto en el sepulcro.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme.

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

  R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.




Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 



Recemos ahora tres Avemarías, en honor de las lágrimas que derramó Nuestra Señora en sus Dolores, para que obtengamos un verdadero dolor por nuestros pecados y obtengamos las santas indulgencias.



Oh Madre de los Dolores, por las lágrimas que derramaste, concédeme que llore mis pecados:

AVE María …

Oh Madre de los Dolores, por las lágrimas que derramaste, ablanda los corazones endurecidos de los pecadores:

AVE María …

Oh Madre de los Dolores, por las lágrimas que derramaste, permíteme reparar mis pecados:

AVE María …


V. Ruega por nosotros, oh Virgen Dolorosa,

R. Para que seamos dignos de la promesa de Cristo.


Oremos:


Concede, te suplicamos, oh Señor Jesucristo, que la Santísima Virgen María, Tu Madre, cuya santísima alma fue traspasada por la espada del dolor en la hora de Tu Pasión, interceda por nosotros ante el trono de la Misericordia, ahora y en la hora de nuestra muerte. Por ti, Jesucristo, Salvador del mundo, que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. 


lunes, 14 de febrero de 2022

Triduo en Honor al presbítero mártir San Valentín

 Traducción del Manual Carmelita compilado por Mons. John Francis Spratt Bollard O. Carm., publicado en Dublín en 1846. Para el himno, se tomó la versión del Breviario Romano, edición de Dom Alfonso María de Gubianas y Santandréu OSB, vol. I, Editorial Litúrgica Española S.A., Barcelona 1936.

   
TRIDUO DE ORACIONES A SAN VALENTÍN MÁRTIR
  
  
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
℣. Dios mío, ven en mi auxilio.
℟. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
  
1. Oh gloriosísimo mártir de Jesucristo, San Valentín, que recibiste la palma y la corona del martirio; y ahora, lleno de méritos, gozas y posees las mansiones de los bienaventurados, hénos ante ti, alabando humildemente y dando gracias a la Divina Providencia, la cual por medio de ti, abogado nuestro, ha derramado sobre nosotros señalados favores. Te suplicamos dirijas tu mirada hacia nosotros, abyectas criaturas, en este valle de lágrimas, e intercede ante Dios para que podamos obtener la gracia de vivir y morir en santidad; y que cualquier bendición temporal que podamos recibir, pueda redundar en nuestra eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
  
2. Oh glorioso abogado y protector San Valentín, mira con piedad nuestras necesidades, escucha nuestras súplicas, atiende nuestras oraciones, alivia por tu intercesión las miserias bajo las cuales laboramos, y obtén para nosotros la bendición divina, paa que podamos ser hallados dignos de unirnos contigo en alabar al Omnipotente por toda la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
  
3. Gloriosísimo mártir San Valentín, ilustre campeón de la Iglesia, que ofreciste tu cuerpo como sacrificio voluntario para la fe de Jesús, y así triunfaste sobre la muerte y el infierno, intercede con Dios por nosotros, para que nuestra fe pueda ser firme y perseverante; que podamos superar los impedimentos que puedan privarnos de la visión beatífica del Señor; y que consigamos la eterna bienaventuranza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
  
HIMNO “Deus, tuórum mílitum sors”
¡Oh Dios, herencia, corona y recompensa
de tus soldados!, líbranos de las cadenas
de las culpas a los que cantamos
las alabanzas de este mártir.
  
Porque, reputando llenos de hiel
los goces del mundo y los dulces
atractivos de los placeres,
alcanzó los gozos celestiales.
  
Corrió intrépido al suplicio,
y lo soportó con entereza,
y derramando por ti su sangre,
goza ya de los bienes eternos.
  
Por esto, ¡oh Señor clementísimo!,
te pedimos, con ruegos incesantes,
que perdones las culpas a tus siervos
en el día del triunfo de este mártir.
  
Alabanza y gloria perenne
sea dada al Padre, y al Hijo,
y al Paráclito Santo,
por los siglos sempiternos. Amén.
  
Antífona. Oh bienaventurado San Valentín, que podamos poseer el mismo espíritu de amor y fortaleza que Jesucristo nuestro Señor infundió en tu corazón.
℣. Lo has coronado, Señor, de gloria y honor.
℟. Y lo pusiste por sobre las obras de tus manos.
    
ORACIÓN
Te suplicamos, omnipotente Dios, que por la intercesión de tu bienaventurado Mártir Valentín, cuyo nacimiento a la vida eterna celebramos, nos libres de todos los males que nos amenazan. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
    
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 11 de febrero de 2022

Nuestra Señora de Lourdes arrasó el liberalismo

 Tres milagros de Lourdes que arrasaron con el liberalismo


10 de febrero de 2022 | Jon Pablo Fabricio 

Tres milagros de Lourdes que arrasaron con el liberalismo

La gruta de Lourdes es el lugar de las dieciocho apariciones de Nuestra Señora a Santa Bernardita en 1858.


Una pequeña cueva llamada Massabielle, ubicada en un remoto pueblo francés, se convirtió en uno de los lugares de peregrinación católicos más populares del mundo. Los fieles viajan de todo el mundo para rezar ante la estatua de Nuestra Señora colocada allí. Los devotos han hecho sus propias grutas en honor a este lugar una vez desolado.


Un manantial milagroso en la Francia liberal


La gruta de Lourdes es el sitio de las dieciocho apariciones de Nuestra Señora a Santa Bernardita en 1858. Nuestra Señora pidió penitencia y confirmó su título como la Inmaculada Concepción. La gruta, sin embargo, es más famosa por las muchas curaciones en el manantial milagroso que la atraviesa.


Estos milagros llegaron en un momento en que el pensamiento de la Ilustración penetró en las naciones. Además, el liberalismo y sus doctrinas anticatólicas hacían estragos en Europa. Entre ellos estaba el cientificismo, la creencia de que el conocimiento se puede obtener únicamente a través del descubrimiento científico. Sus promotores ridiculizaron el papel de la fe y pintaron a todos los creyentes como ignorantes viviendo en un mundo imaginario.


Nuestra Señora, sin embargo, no permitió que estos ataques a la fe católica quedaran sin respuesta. Los milagros realizados por su intercesión en Lourdes dejaron en ridículo a todos los escépticos religiosos. Sus estudios, teorías, experimentos y filosofías no pudieron explicar adecuadamente los acontecimientos milagrosos en Massabielle.


Aquí hay tres milagros que demostraron que el cientificismo es una calumnia sin fundamento contra el catolicismo, uno de los cuales incluso involucró al emperador liberal de Francia, Napoleón III.


  • Luis Justin Bouhort

En enero de 1862, Louis-Justin Bouhort, un niño enfermizo de menos de dos años, fue llevado a las aguas de Lourdes como último recurso. Aquejado de enfermedades desde su nacimiento, su “miserable constitución” llevó a los médicos a considerar su causa sin esperanza.

Su madre, una fiel católica, no se dio por vencida tan rápido. Cuando los médicos le advirtieron que el pequeño viviría “solo unas horas”, lo llevó rápidamente a Massabielle a pesar de que el público tenía prohibido ir allí. Los espectadores gritaron, tratando de evitar que ella "matara a su hijo" sumergiéndolo en las aguas penetrantemente frías. Ella no hizo caso y sumergió al niño en el agua durante quince minutos. Cuando lo sacaron del manantial, el cuerpo del niño se puso rígido y azul. Sin embargo, su madre lo llevó a casa, segura de que Nuestra Señora había curado a su hijo. 

A su llegada, todavía se podía detectar un latido débil. Los médicos temieron que el acto de fe de la madre hubiera matado a su hijo, pero ella siguió confiando. Al día siguiente, el niño amaneció completamente sano. Su recuperación fue rápida y completa. Contrariamente a los diagnósticos de los médicos, Justin pudo caminar, una perspectiva declarada imposible desde su nacimiento.


Por lo tanto, los médicos concluyeron que la causa de la cura fue el "poder todopoderoso de Dios", no un remedio científico.

  • Francisco Pascual
La curación del niño de cuatro años Francisco Pascal fue otro caso notable y bien documentado.

En 1937, el niño contrajo un caso severo de meningitis, lo que le provocó una fiebre de 104 grados que lo dejó ciego y paralizado.

Muchos médicos fueron convocados en vano. Un médico llamado Dr. Darde ofreció atención constante al niño. Cuando sus síntomas continuaron durante el año siguiente, el Dr. Darde declaró que el caso no tenía remedio y suspendió todo tratamiento. Los padres desesperados decidieron llevar al niño a Lourdes y rezar para que Nuestra Señora hiciera lo que la medicina no pudo. 

En el manantial milagroso, su madre sumergió a su hijo indefenso en el agua, orando a Nuestra Señora todo el tiempo. Gritó con fuerza, lo que llevó a algunos a temer que el agua helada les provocara un ataque. El niño sobrevivió al shock pero no recibió una cura inmediata. Al día siguiente, la madre repitió sus acciones sin ningún remedio instantáneo.

Pensando que sus esfuerzos habían sido en vano, la madre lo llevó de vuelta al hospital. Sin embargo, sus innumerables oraciones no quedaron sin respuesta. En cuestión de minutos, Francisco comenzó a hablar, describiendo las cosas a su alrededor e incluso señalándolas. Por sus acciones, mostró que tanto su ceguera como su parálisis se habían desvanecido. Con júbilo, se apresuró a regresar al hospital donde se confirmó su curación completa.

Al regresar a casa, el Dr. Darde se sorprendió al ver que el niño que alguna vez murió no solo estaba vivo, sino que también caminaba. Escribiendo a la Oficina Médica de Lourdes que investiga estas curas, afirmó que “médicamente, uno no puede explicar tal resultado”.

  • El Príncipe Imperial, Louis-Napoleon
Quizás la persona más destacada que se benefició de las aguas milagrosas de Lourdes involucró a un miembro de la familia imperial reinante de Francia: los Bonaparte.

Napoleón Bonaparte promovió la causa del liberalismo dondequiera que gobernó. Sus descendientes continuaron su legado de defender la innoble causa del liberalismo. De hecho, el gobierno francés bajo Napoleón III (1852-1870) se conoció como el “Imperio liberal”.

Sin embargo, las oraciones de la esposa de Napoleón III, la emperatriz Eugenia, dieron como resultado una cura que obligó a los funcionarios locales de Lourdes a abrir el sitio de la gruta que los liberales habían cerrado al público. 

Poco después de las apariciones, el príncipe imperial Louis-Napoleon, de dos años, contrajo tuberculosis, una enfermedad que a menudo era mortal para sus víctimas en ese momento. Mientras su padre buscaba la ayuda de los mejores médicos de Francia, su madre recurría a Lourdes. Envió a la institutriz de Louis-Napoleon, Madame Bruat, a obtener un poco de agua del manantial milagroso de Massabielle.

La institutriz obedeció prontamente y llegó a la gruta. El gobierno liberal local prohibió el acceso al manantial e incluso levantó barricadas para impedir la devoción. Peor aún, todos los intrusos serían procesados, incluso si rezaban a Nuestra Señora desde detrás de la barrera.

Sin embargo, la institutriz tenía la intención de completar la tarea que se le había encomendado. Ella ignoró las señales y las barreras y se arrodilló en oración ante la gruta, implorando la ayuda de Nuestra Señora para la recuperación del niño. Mientras rezaba, un guardia se le acercó y le dijo que tendría que enfrentar el juicio del Tribunal Correccional por desafiar abiertamente la ley. Cuando se le preguntó su nombre, respondió: "la esposa del almirante Bruat y la institutriz de Su Alteza, el Príncipe Imperial".

Al escuchar esto, el guardia intentó retirar los cargos, pero la fiel institutriz insistió en enfrentarlos con las otras víctimas de la injusta ordenanza. Cuando compareció ante el tribunal, pagó las multas de todos los detenidos por rezar en Massabielle.

Tras el incidente, la institutriz regresó y obsequió a la emperatriz con el agua de Lourdes, que logró salvar al príncipe imperial de la tuberculosis. Este acto de Dios obligó a Napoleón III a ordenar la reapertura de Massabielle a los Fieles de Francia. 

Aunque es posible que este milagro no haya convertido al Emperador, puso fin a la supresión liberal de la gruta de Nuestra Señora.

Una respuesta divina al liberalismo

Las apariciones de Lourdes fueron la respuesta del Cielo a los errores de los tiempos. Cuando el liberalismo buscó someter a la Iglesia Católica a la ciencia y la razón, Nuestra Señora de Lourdes proporcionó milagros 'irrazonables' que desafiaron a la ciencia y confirmaron a muchos en su fe.

Las ideas anticatólicas que surgieron de la Ilustración y el liberalismo están dando sus frutos hoy. La pseudociencia se utiliza para aprobar pecados horrendos como el aborto provocado, el "matrimonio" entre personas del mismo sexo, el "transgenerismo" y la eutanasia.

Estos errores son ataques directos contra la Iglesia divinamente instituida. Nuestra Señora respondió a estos ataques con sus muchas intervenciones milagrosas en Lourdes que contradecían el espíritu y las falsas ideas de la época.

Lourdes en nuestro tiempo: un mensaje indispensable