lunes, 21 de febrero de 2022

Rosario de los Siete Dolores de María


Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria:

Dios mío, te ofrezco este Rosario para tu gloria, para honrar a tu Santa Madre, la Santísima Virgen, para compartir y meditar con ella su sufrimiento. Te ruego humildemente que me des un verdadero arrepentimiento por todos mis pecados. Dame sabiduría y humildad, para que pueda recibir todas las indulgencias contenidas en esta oración.

Hagamos un acto de Contrición:

Oh mi Señor y Salvador, Jesucristo, confiando en tu infinito amor me dirijo a ti por perdón y misericordia. Sinceramente me duele por las penas que sufristeis en vuestra amarga Pasión a causa de mis pecados. Por amor a ti, y ante tu santa presencia, renuncio y rechazo completamente todos los pecados de mi vida. Te pido perdón de todo corazón, resuelvo firmemente enmendar mi vida y preferiría morir antes que volver a ofenderte. Oh Santísima Virgen María, tú eres nuestra Madre tierna y el refugio de los pecadores. Corro hacia ti con confianza y amor cúbreme bajo tu manto de amor y protección. Mientras medito sobre las espadas del dolor que atravesaron tu Inmaculado Corazón, alcánzame el perdón de mis pecados y la gracia de vivir una vida de santidad heroica. 

Madre santísima, uno mi corazón al tuyo y ofrezco este rosario por los jóvenes: por su pureza y santidad, por su discernimiento vocacional y por su valentía en el seguimiento de Cristo.


[Rezo también por las siguientes intenciones particulares______]


Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.


V. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado.

R. Y renovarás la faz de la tierra.

V. Acuérdate, oh Señor, de tu congregación.

R. Que has poseído desde el principio.

V. Señor escucha mi oración.

R. Y que mi clamor llegue hasta Ti.


Oremos:

Ilumina nuestras mentes, te suplicamos, oh Señor, con la luz de tu resplandor, para que podamos ver lo que debemos hacer y podamos hacer lo correcto. Por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.  


Primer Dolor 

– La profecía de Simeón 

(cf. Lucas 2,22-35)


El Primer Dolor de Nuestra Señora fue cuando, habiendo presentado a Jesús, su Divino Hijo, en el Templo, escuchó las palabras del santo Simeón: “Una espada traspasará tu alma”; por la cual predijo la Pasión y Muerte de su Hijo Jesús.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Segundo Dolor 

– La huida a Egipto 

(Mateo 2,13-15)


El Segundo Dolor de nuestra Santísima Señora fue cuando se vio obligada a huir a Egipto, porque el Rey Herodes buscaba al Niño para matarlo.

V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Tercer Dolor 

– El Niño Jesús perdido en el Templo 

(Lucas 2,41 -50)


El Tercer Dolor de Nuestra Señora fue cuando, volviendo de Jerusalén después de la fiesta de la Pascua, perdió a su amado Hijo Jesús, y durante tres días, con San José, lo buscó afligida.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Cuarto Dolor 

– María se encuentra con Jesús camino al Calvario 

(IV Estación del Vía Crucis)


El Cuarto Dolor de nuestra Santísima Señora fue cuando se encontró en el camino del Calvario con su amado Hijo Jesús, cargando sobre Sus hombros magullados una pesada cruz, en la cual iba a ser crucificado por nuestra salvación.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Quinto Dolor 

– Jesús muere en la Cruz

(Juan 19,17-39)


El Quinto Dolor de nuestra Santísima Señora fue cuando vio a su Divino Hijo clavado en la cruz, derramando sangre por todas las partes de Su sagrado cuerpo, y después de tres horas de agonía lo vio morir.

V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Sexto Dolor 

– María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz 

(Marcos 15, 42-46)


El Sexto Dolor de Nuestra Señora fue cuando un soldado con una lanza abrió el Sagrado Costado de Jesús, y cuando Su Sagrado Cuerpo, siendo bajado de la cruz, fue puesto sobre su purísimo pecho.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 


Séptimo Dolor

 -Jesús es colocado en el Sepulcro 

(Juan 19, 38-42)


El Séptimo Dolor de nuestra Santísima Señora fue cuando vio el Santísimo Cuerpo de su Hijo Jesús puesto en el sepulcro.


V: Oh Dios, ven en mi ayuda;

R: Oh Señor, apresúrate a socorrerme.

V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

  R: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.




Padre nuestro, una vez. Ave María, siete veces. 



Recemos ahora tres Avemarías, en honor de las lágrimas que derramó Nuestra Señora en sus Dolores, para que obtengamos un verdadero dolor por nuestros pecados y obtengamos las santas indulgencias.



Oh Madre de los Dolores, por las lágrimas que derramaste, concédeme que llore mis pecados:

AVE María …

Oh Madre de los Dolores, por las lágrimas que derramaste, ablanda los corazones endurecidos de los pecadores:

AVE María …

Oh Madre de los Dolores, por las lágrimas que derramaste, permíteme reparar mis pecados:

AVE María …


V. Ruega por nosotros, oh Virgen Dolorosa,

R. Para que seamos dignos de la promesa de Cristo.


Oremos:


Concede, te suplicamos, oh Señor Jesucristo, que la Santísima Virgen María, Tu Madre, cuya santísima alma fue traspasada por la espada del dolor en la hora de Tu Pasión, interceda por nosotros ante el trono de la Misericordia, ahora y en la hora de nuestra muerte. Por ti, Jesucristo, Salvador del mundo, que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. 


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