martes, 16 de agosto de 2022

Oración a San Joaquín pidiendo su protección

 


¡Oh grande y glorioso patriarca san Joaquín, cómo me regocijo al pensar que fuiste elegido de entre todos los santos para cooperar en los divinos misterios y enriquecer al mundo otorgándole a la gran Madre de Dios, María santísima! Por este singular privilegio te has vuelto tan poderoso con la Madre y el Hijo como para obtener cuantas gracias nos sean necesarias. Con gran confianza, pues, recurro a tu poderosísima protección, y te encomiendo todas las necesidades de mi familia, tanto espirituales como temporales, así como las mías; y especialmente os pido la gracia particular que deseo y espero de vuestra intercesión paterna. Y ya que fuiste modelo perfecto de vida interior, obtén para mí el recogimiento interior y el desapego por los bienes pasajeros de esta tierra, con un amor vivo y perseverante de Jesús y María. Obtén para mí también la devoción y la obediencia sincera a la Sana Doctrina de la Santa Iglesia, para que viva y muera en la Fe, la Esperanza y la Caridad perfecta, invocando los santísimos nombres de Jesús y María, y salve mi alma. Amén. Pater, Ave, Gloria, tres veces.







lunes, 15 de agosto de 2022

Oración del Papa Pío XII a la Asunción de Nuestra Señora



 ¡Oh Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre de todos los hombres! Nosotros creemos con todo el fervor de nuestra fe en tu Asunción triunfal en alma y cuerpo al Cielo, donde eres aclamada Reina por todos los coros de los Angeles y por toda la legión de los Santos; y nosotros nos unimos a ellos para alabar y bendecir al Señor, que te ha exaltado sobre todas ¡as demás criaturas, y para ofrecerte el aliento de nuestra devoción y de nuestro amor.

Sabemos que tu mirada, que maternalmente acariciaba a la humanidad humilde y doliente de Jesús en la tierra, se sacia en el cielo a vista de la humanidad gloriosa de la Sabiduría increada, y que la alegría de tu alma, al contemplar cara a cara a la adorable Trinidad, hace exultar tu corazón de inefable ternura; y nosotros, pobres pecadores, a quienes el cuerpo hace pesado el vuelo del alma, te suplicamos que purifiques nuestros sentidos a fin de que aprendamos desde la tierra a gozar de Dios, sólo de Dios, en el encanto de las criaturas.

Confiamos que tus ojos misericordiosos se inclinen sobre nuestras angustias, sobre nuestras luchas y sobre nuestras flaquezas; que tus labios sonrían a nuestras alegrías y a nuestras victorias; que sientas la voz de Jesús que te dice de cada uno de nosotros, como de su discípulo amado: “Aquí está tu hijo.” Nosotros, que te llamamos Madre nuestra, te escogemos, como Juan, para guía, fuerza y consuelo de nuestra vida mortal.

Tenemos la vivificante certeza de que tus ojos, que han llorado sobre la tierra regada con la sangre de Jesús, se volverán hacia este mundo, atormentado por la guerra, por las persecuciones, por la opresión de los justos y de los débiles; y entre las tinieblas de este valle de lágrimas, esperamos de tu celestial luz y de tu dulce piedad, alivio para las penas de nuestros corazones y para las pruebas de la Iglesia y de la Patria. Creemos, finalmente, que en la gloria, donde reinas vestida del sol y coronada de estrellas, eres, después de Jesús, el gozo y la alegría de todos los Angeles, de todos los Santos; y nosotros, desde esta tierra donde somos peregrinos, confortados por la fe en la futura resurrección, volvemos los ojos hacia ti, vida, dulzura y esperanza nuestra. Atráenos con la suavidad de tu voz para mostrarnos un día, después de nuestro destierro, a Jesús, fruto bendito de tu vientre; ¡oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

domingo, 14 de agosto de 2022

Oraciones de Acción de Gracias por la Asunción de Nuestra Señora

               

Adora al Padre eterno con Pater, Ave y Gloria; Entonces di: Te adoro, Padre Eterno, mi Señor y mi Dios, en unión con toda la hueste celestial, dándote infinitas gracias por cada gracia y favor que has concedido a María, Santísima Virgen, tu amada hija, y , sobre todo, por esa altura de poder a la que la exaltaste con su Asunción al cielo.


Adora al Hijo Eterno con Pater, Ave y Gloria; Entonces digo yo también te adoro, Hijo Eterno, Dios mío, Señor mío y Redentor mío, en unión con toda la hueste celestial, dándote infinitas gracias por cada gracia y favor que has concedido a María, Virgen bendita, Tu bien Madre amada y, sobre todo, por el don de la más alta sabiduría con que la glorificaste en su Asunción al cielo.


Adora al Espíritu Santo con Pater, Ave y Gloria; Entonces di: Yo también te adoro, oh Espíritu Santo, el Paráclito, mi Dios y mi Señor, y en unión con todas las huestes celestiales te doy infinitas gracias por cada gracia y favor que has concedido a la Santísima Virgen, tu Santísima Virgen. Esposa amante y, sobre todo, por la caridad más perfecta y divina con que enardeciste su santísimo y purísimo corazón en el acto de su gloriosa Asunción al cielo. En nombre de tu casto Esposo, te suplico humildemente que me concedas la gracia de la remisión de todos mis pecados más graves que he cometido desde el primer momento en que pude pecar hasta el día de hoy, por lo cual me entristece sobremanera, con la firme intención de morir antes que volver a ofender a Tu Divina Majestad; y confiando en los altos méritos y la protección más poderosa de este Tu más amado Esposo, te ruego que me concedas el regalo más precioso de Tu gracia y Amor Divino, otorgándome esas luces y ayudas especiales por las cuales Tu eterna providencia ha determinado querrás mi salvación, y me traerás a ti.


Luego di tres veces:

Santa María, todos los santos y santas de Dios, interced por nosotros ante nuestro Señor, para que merezcamos su ayuda y seamos salvos. Amén.


A la Santísima Virgen:


Te reconozco y te venero, Santísima Virgen, Reina del Cielo, Señora y Señora del Universo, como Hija del Padre Eterno, Madre de su Hijo amado y Esposa muy amorosa del Espíritu Santo. Arrodillándome a los pies de tu gran majestad, con toda humildad te ruego, por esa caridad divina con la que tan generosamente fuiste enriquecida en tu Asunción al cielo, me concedas favor y piedad, poniéndome bajo tu más segura y fiel protección, y recibiéndome en el número de tus siervos felices y altamente favorecidos. Dígnate, Madre y Señora más tierna, aceptar mi miserable corazón, memoria, voluntad, poderes y sentidos, internos y externos; gobierna a todos conforme al beneplácito de tu Divino Hijo, ya que con cada uno de mis pensamientos y acciones pretendo darte gloria y honor. Y, por esa sabiduría con la que tu amado Hijo te glorificó, te ruego y te suplico que me obtengas luz para que pueda conocerme claramente a mí mismo y a mi propia nada, y en particular mis pecados, para que así pueda odiarlos y despreciarlos y que pueda discernir las trampas del enemigo infernal, y todos sus modos de ataque, sean abiertos u ocultos. Sobre todo, Madre tierna, te ruego la gracia de N._________



Di tres veces:

 Virgen de todas las vírgenes,

 A tu refugio llévanos,

 El más gentil de los gentiles,

 Castos y mansos haznos.


Oremos.

Perdona, oh Señor, perdona, te suplicamos, los pecados de tus siervos; para que nosotros, que por nuestras propias acciones no sabemos agradarte, seamos salvados por la intercesión de la Madre de tu Hijo, nuestro Señor. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén. Que el todopoderoso y misericordioso Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo nos bendiga y nos preserve. Amén.


(Indulgencia de 300 días) 

jueves, 11 de agosto de 2022

Letanía a Santa Filomena Compuesta por San Juan Vianney

 




- Señor, ten Piedad de nosotros,

- Cristo, ten Piedad de nosotros,

- Señor, ten Piedad de nosotros,

- Cristo óyenos,

- Cristo escúchanos, 

- Dios, Padre celestial, Ten Piedad de nosotros.

- Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten Piedad de nosotros.

- Dios Espíritu Santo, Ten Piedad de nosotros.

- Trinidad santa, un solo Dios, Ten Piedad de nosotros.


- Santa María, Reina de las Vírgenes, ruega por nosotros

- Santa Filomena, llena de abundantes gracias desde la cuna, ruega por nosotros

- Santa Filomena, fiel imitadora de María, ruega por nosotros

- Santa Filomena, modelo de virginidad, ruega por nosotros

- Santa Filomena, templo de la más perfecta humildad, ruega por nosotros

- Santa Filomena, inflamada de Celo por la Gloria de Dios, ruega por nosotros

- Santa Filomena, víctima del amor de Jesús, ruega por nosotros

- Santa Filomena, ejemplo de fortaleza y de perseverancia, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, campeona invencible de la castidad, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, espejo de las más heroicas virtudes, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, firme e intrépida ante los tormentos, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, flagelada igual que vuestro Divino Esposo, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, saeteada por una lluvia de flechas, ruega por nosotros.

- Santa Filomena,  consolada por la Madre de Dios  cuando fuiste encadenadaruega por nosotros.

- Santa Filomena, milagrosamente sanada en la prisión, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, confortada por los ángeles en tus tormentos, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, que preferiste las humillaciones y la muerte antes que los esplendores del trono, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, que convertiste a los testigo de tu martirio, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, que desgastaste la furia de tus ejecutores, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, protectora de los inocentes, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, patrona de la juventud, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, refugio de los desdichados, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, salud de los enfermos y debilitados, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, nueva luz de la Iglesia militante, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, que confundes la impiedad del mundo, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, que estimulas la fe y el valor de los creyentes, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, cuyo nombre es glorioso en el Cielo y temido en el infierno, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, ilustre por los más espléndidos milagros, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, poderosa ante Dios, ruega por nosotros.

- Santa Filomena, que reinas en la gloria, Ruega por nosotros.


- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos, Señor.

- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos Señor.

- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten Piedad de nosotros.


V. Ruega por nosotros, Santa Filomena

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.


Oremos:

Te suplicamos, Oh Señor, que por la intercesión de Santa Filomena, Virgen y Mártir, quién a vuestros ojos fue siempre agradable por su elevada pureza y la práctica de todas las virtudes, nos concedas el perdón de los pecados y la gracia que necesitamos (mencione aquí la gracia que desea obtener). Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración a Santa Filomena pidiendo un favor especial

 

¡Oh Gloriosa Santa Filomena, Virgen y Mártir!
Ejemplo de fe y esperanza,
Generosa en la caridad, humilde en la vida,
A Vos suplico, escuchad mi plegaria.

Desde el Cielo donde reináis,
Haced caer sobre mí toda la protección y auxilio
Que necesito en este momento en que mis fuerzas enflaquecen.
Vos que sois tan poderosa delante de Dios,
Interceded por mí, os ruego, y alcanzadme la gracia que os pido

(Pedir la gracia que deseas conseguir con mucha esperanza)

¡Oh Santa Filomena!,
Ilustre por tantos milagros, rogad por mí,
Concededme el milagro de ver resueltos cuanto antes
mis difíciles problemas y todo lo que me hace sufrir.

No me abandonéis, Niña Santa,
Jamás dejéis de velar como un rayo de esperanza
Sobre mí y mi familia.

Apartad de mí las tentaciones,
Dad paz a mi alma y bendecid mi casa.

¡Oh Santa Filomena!
Por la sangre que derramasteis por amor a Jesucristo,
Alcanzadme la gracia que os pido:

(Repetir petición)
Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Santa Filomena,
Ayudadme en mi desesperación,
No me abandonéis en estos duros momentos.

Te prometo que seré tu devoto
y que manifestaré a otros necesitados
lo milagrosa y bondadosa que eres.

Amén.

Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias

viernes, 29 de julio de 2022

29 de Julio: Santa Marta

 29 de julio

SANTA MARTA,
Virgen
† hacia el año 80



Patrona de las amas de casa; mayordomos; empleados domésticos; mucamas; criados; sirvientes; cocineros; dietistas; hosteleros; lavanderas; mujeres solteras; viajeros.


Marta, Marta, te afanas y turbas por muchas cosas;

sin embargo una sola es necesaria.

(Lucas 10, 41-42)


Santa Marta, hermana de María Magdalena, tuvo la dicha de recibir a menudo en su casa a Jesucristo. Después de la Ascensión, los judíos la dejaron, con su hermano Lázaro y Santa Magdalena, en una barca sin remos ni timón en el mar; pero Dios les hizo de piloto y los hizo arribar a Provenza. Santa Marta construyó un convento en el que varias jóvenes, movidas por su ejemplo, consagraron a Dios su virginidad.


MEDITACIÓN

SOBRE LA ÚNICA

COSA NECESARIA


I. Trabajas sin descanso en hacerte rico y sabio; sin embargo, no es éste el negocio importante; puedes ganar el cielo sin ser rico, sabio o estimado de los hombres. Deja esas ocupaciones, si ellas te impiden trabajar en tu salvación; da de mano las cosas del mundo para dedicarte a la sola cosa verdaderamente necesaria. Ojalá pudieses decir como Tertuliano: Me separé de la muchedumbre, no me ocupo ya sino de una sola cosa, no tengo ya sino un solo cuidado: ¡desembarazarme de todo cuidado!


II. La salvación es absolutamente necesaria para el bien de tu alma como para el de tu cuerpo. Hay que asegurar esta alma que es inmortal; hay que mortificar el cuerpo durante esta vida, para hacerle feliz durante la eternidad. Estos bienes, estos honores, estos placeres, que tú buscas con tanta avidez pasarán velozmente; pero lo que hayas hecho para tu salvación durará eternamente. Examina seriamente tu conciencia a este respecto y encontrarás motivo para humillarte y confundirte.


III. Habrás perdido todo si no trabajas seriamente en el negocio de tu salvación durante tu vida; después de la muerte ya no hay manera. No tendrás sino una vida, un cuerpo y un alma; el hombre muere solamente una vez, y para el lado en que cae el árbol, allí queda eternamente. ¿Cómo has trabajado hasta ahora en tu salvación? ¡Ah! ¡te has ocupado de bagatelas y has descuidado el único negocio de importancia! No hacemos caso de las cosas necesarias, no pensamos sino en cosas vanas y superfluas (San Juan Crisóstomo).


La caridad.

Orad por el clero.


ORACIÓN


Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, a fin de que la fiesta de Santa Marta, vuestra virgen, al mismo tiempo que regocija nuestra alma la enriquezca con una tierna devoción.

Por J. C. N. S.

Fuentes:
– Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo III; Patron Saints Index.


Oración a Santa Marta





Santa Marta ruega por nosotros.



martes, 26 de julio de 2022

Consideración sobre Santa Ana por el obispo Challoner, 1807

 



Consideremos primero, que lo que nos da la idea más alta de la santidad supereminente de Santa Ana, y de su bendito esposo San Joaquín, es que fueron elegidos por los decretos del cielo para ser los padres de aquella Virgen Inmaculada que había de dar a luz al Salvador del mundo, y ser la madre de Dios. ¡Oh, qué gracia no recibieron para capacitarlos para dar esta virgen esposa al Espíritu de Dios, y esta virgen madre al Hijo de Dios! ¡Qué santa, qué celestial educación no dieron a su bendita niña! ¡Cuán perfectamente cumplieron con ello aquella sentencia de su divino nieto, de que 'el árbol se conoce por su fruto!' ¡Qué reverencia, qué estima, qué cariño, qué devoción no debemos a esta bendita pareja! Todo el tiempo los hijos de Cristo siempre han amado a Su madre y la han considerado como su madre; ¡Cómo, entonces, podemos hacer otra cosa que amar también a estos dos grandes santos a quienes estamos en deuda por tal madre!




Consideremos en segundo lugar, de la lección o epístola que se lee en la fiesta de Santa Ana, (de Prov. xxxi.), las propiedades de una mujer valiente, es decir, de una mujer sabia y virtuosa, como todas perfectamente de acuerdo en esto gran santa: particularmente su perpetua atención a hacer el bien, y no el mal, todos los días de su vida; su incansable laboriosidad en adquirir las riquezas espirituales de todas las virtudes y acumular un tesoro para la eternidad; su diligencia en el ejercicio de las obras de misericordia y caridad, etc. 'Fuerza y ​​hermosura son su vestidura', dice el sabio, hablando de su interior, 'y ella reirá en el último día:' incluso en aquel día en que los necios admiradores de las vanidades mundanas estarán todos tristes y afligidos. 'Ha abierto su boca a la sabiduría, y la ley de la clemencia está en su lengua:' por ser siempre prudente en sus palabras, y caritativamente compasiva en excusar los defectos de sus prójimos. 'Ha mirado bien los caminos de su casa, y no ha comido su pan ociosamente:' por una aplicación seria para mantenerse siempre bien ocupada, y para ver que todos bajo su cargo estén ordenados. Así era Santa Ana, así deberían ser todas las ama de casas cristianas: de éstas añade el Espíritu de Dios, en la conclusión del capítulo: 'Engañosa es la gracia, y vana la hermosura:' la mujer que teme al Señor, ella será alabado. Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus obras. Sí, el Señor mismo le dará la recompensa eterna del fruto de sus manos y las puertas de la Sión celestial resonarán con sus alabanzas para siempre.


Considere en tercer lugar, del evangelio de este día, ese excelente tesoro que encontró Santa Ana y lo hizo suyo, renunciando a todas las demás cosas para comprarlo para sí misma. 'El reino de los cielos', dice nuestro Señor, Mat. XIII. 44, 'es semejante a un tesoro escondido en un campo, que cuando un hombre lo encuentra, lo esconde, y de gozo va y vende todo lo que tiene, y compra ese campo'. El reino de los cielos, en este y otros pasajes del evangelio, se entiende del reino de Dios dentro de nosotros, por su gracia en el alma; ese reino por el cual vive y reina en nuestro interior, por la fe, la esperanza y el amor, y el espíritu de recogimiento y oración. Ahora bien, este reino de Dios en nuestras almas es un tesoro en verdad, de valor infinito, que nos enriquece por la posesión de Dios mismo, aquí por gracia y en el más allá en gloria. Este tesoro está escondido de los hijos del mundo, que desconocen su valor, y tienen una idea muy mezquina de la felicidad de una vida espiritual e interior; pero los hijos de Dios, cuyos ojos están abiertos a la verdad, descubren este tesoro inestimable: y no escatiman esfuerzos ni gastos para hacerlo suyo; incluso venden todo lo que tienen para comprarlo; esto es, abandonan sus humores, sus pasiones, sus afectos mundanos, sus inclinaciones sensuales, su propia voluntad y todo lo demás que se opone a tan grande felicidad; y así ellos mismos se convierten en el reino de Dios. Así comienzan a disfrutar de un cielo en la tierra.




Termina de buscar primero el reino de Dios en tu alma, sobre todas las cosas, y todas las demás te serán añadidas: también te será reembolsado, con ventaja infinita, lo que hayas dilatado en la compra de él; y todas las cosas buenas vendrán a ti junto con él.