sábado, 27 de agosto de 2022

Ruega por nosotros Santa Mónica para que Dios responda favorablemente a nuestras peticiones

 



Quizá no tenga pan con que socorrer al necesitado; pero quien tiene lengua dispone de un bien mayor que puede distribuir; pues vale más el reanimar con el alimento de la palabra al alma que ha de vivir para siempre, que saciar con el pan terreno el cuerpo que ha de morir. Por lo tanto, hermanos, no neguéis al prójimo la limosna de vuestra palabra. 
(San Gregorio Magno, Hom. 4 sobre los Evangelios).


OBRAS ESPIRITUALES DE MISERICORDIA
1. Enseñar al que no sabe
2. Dar buen consejo al que lo necesita.
3. Corregir al que está en error.
4. Perdonar a los que nos ofenden.
5. Consolar al triste
6. Tener paciencia con los defectos ajenos.
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos



(El Señor) nos estimuló firmemente a buscar, a pedir y a llamar, hasta que recibamos lo que pedimos. 
—(San Agustín, Sobre el Sermón de la Montaña, 29).


ORACIÓN PARA PEDIR POR LOS HIJOS

A ti recurro por ayuda e instrucciones, Santa Mónica, maravilloso ejemplo de firme oración por los niños. En tus amorosos brazos yo deposito mi hijo(a) (mencionar aquí los nombres), para que por medio de tu poderosa intercesión puedan alcanzar una genuina conversión a Cristo Nuestro Señor. A ti también apelo, madre de las madres, para que pidas a Nuestro Señor me conceda el mismo espíritu de oración incesante que a ti te concedió. Todo esto te lo pido por medio del mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.



PARA PEDIR POR LA PAZ EN LA FAMILIA

¡Oh Santa Mónica!, que por medio de tu paciencia y plegarias obtuviste de Dios la conversión de tu marido y la gracia de vivir en paz con él; obtén para nosotros, te suplicamos, la bendición de Dios omnipotente, para que la verdadera armonía y paz reinen en nuestras casas, y que todos los miembros de nuestra familia puedan alcanzar la vida eterna. Amén.



POR LAS MADRES

Madre ejemplar del gran San Agustín, durante 30 años perseguiste a tu hijo rebelde de modo perseverante, con amor, afección, perdón, consejo y rezos que clamaban al cielo. Intercede por todas las madres en este nuestro día para que puedan aprender a conducir a sus hijos a Dios y su Santa Iglesia. Enséñalas cómo permanecer cerca de sus hijos, incluso de aquellos hijos e hijas pródigos que tristemente se han extraviado. Amén



Vete al Señor mismo, al mismo con quien la familia descansa, y llama con tu oración a su puerta, y pide, y vuelve a pedir. No será El como el amigo de la parábola: se levantará y te socorrerá; no por aburrido de ti: está deseando dar; si ya llamaste a su puerta y no recibiste nada, sigue llamando que está deseando dar. Difiere darte lo que quiere darte para que más apetezcas lo diferido; que suele no apreciarse lo aprisa concedido. 
—(San Agustín, Sobre el Sermón 105).

Hablar mucho en la oración es como tratar un asunto necesario y urgente con palabras superfinas. Orar, en cambio, prolongadamente es llamar con corazón perseverante y lleno de afecto a la puerta de aquel que nos escucha. Porque con frecuencia la finalidad de la oración se logra más con lágrimas y llantos que con palabras y expresiones verbales —(San Agustín, Carta 130, a Proba).



ORACIÓN DE SÚPLICA

¡Oh Dios!, que observaste las devotas lágrimas y ruegos de Santa Mónica y le concediste por escuchar sus rezos la conversión de su marido y el regreso penitente de su hijo, Agustín, concédenos la gracia de implorarte también con verdadero celo, para que así podamos obtener como ella, la salvación de nuestra alma y la de nuestros allegados. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

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