martes, 4 de octubre de 2022

Amonestación de San Francisco de Asís contra el pecado mortal

 


Hermanos míos, evitemos sobre todas las cosas el pecado mortal. Considera cuán asqueroso y horrible parece un cuerpo muerto, privado del espíritu de vida; y comprended cuánto más sucia e inmunda es un alma sin Dios, que es su vida, cuando está sumida en el pecado mortal. Si las criaturas tienen tanta necesidad unas de otras, ¡cuánto más necesita la criatura de su Creador! La gracia está más alejada del pecado que la gloria de la gracia; porque la distancia es infinita entre la gracia y el pecado, mientras que la muerte sola se interpone entre la gracia en las almas santas y la gloria. El que peca mortalmente, por tanto, se aparta de Dios y se acerca al infierno, entre el cual y el pecador sólo se interpone la vida, y ésta se extingue muchas veces por una muerte imprevista e instantánea. ¡A cuántos no hemos visto retirarse a la cama por la noche en perfecta salud, y al día siguiente llevados a la tumba! Roguemos humildemente a Dios que conserve santamente en su gracia a los que ahora se refrescan con ella, y misericordiosamente la restaure a los infelices pecadores. ¡Oh Dios fuerte y amoroso, cuán pronto estás para perdonar al penitente, cuán poderoso y severo para castigar a los obstinados!

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