jueves, 6 de octubre de 2022

Mes de Octubre dedicado al rezo del Santo Rosario

 

 
Con esta arma venceremos

La Santísima Virgen María le entregó el Santo Rosario a Santo Domingo Guzmán como arma para combatir la herejía y por la conversión de los pecadores. 


“Estos terrenos no producirán frutos de conversión sino reciben abundante lluvia de oración”

La Virgen María le entregó el Rosario a Santo Domingo de Guzmán como arma espiritual contra la herejía de los albigenses.

  “Predica mi salterio”, dijo ella,  “si quieres alcanzar a estas almas endurecidas y conquistarlas para Dios”.




PER SIGNUM CRUCIS

Per signum  Sanctae Crucis (✞) de inimícis nostris (✞) líbera nos, Deus noster (✞).                       

In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.

 SEÑAL DE LA SANTA CRUZ

Por la señal de la Santa Cruz (✞), de nuestros enemigos (✞),  líbranos, Señor, Dios nuestro (✞).

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Seguimos con el Acto de Contrición:

CONFÍTEOR

Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Joanni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et tibi, Pater: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et ópere: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.

Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Joánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et te, Pater, oráre pro me ad Dóminum Deum nostrum                                                                                                                                                       

ACTO DE CONTRICIÓN

Yo, pecador, me confieso a Dios Todopoderoso, a la Bienaventurada siempre Virgen María, al Bienaventurado San Miguel Arcángel, al Bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a vos, Padre, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa.

Por tanto ruego a la Bienaventurada siempre  Virgen María, al Bienaventurado San Miguel  Arcángel, al Bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a vos, Padre, que roguéis por mí a Dios, Nuestro Señor.


Después, se rezan un Padrenuestrotres Avemarías y un Gloria al Padre por las intenciones tradicionales de la Sede Apostólica establecidas para ganar la Indulgencia  concedidas al Santo Rosario y en sufragio de las benditas Almas del Purgatorio 

PATER NOSTER

Pater noster, qui es in caelis. Sanctificétur nomen tuum. Advéniat regnum tuum. Fiat volúntas tua, sicut in caelo et in terra.            

Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie, et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris. Et ne nos indúcas in tentatiónem. Sed líbera nos a malo. Amen.

PADRENUESTRO

Padre nuestro, que estás en el Cielo (en los Cielos). Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el Cielo.

El pan nuestro de cada día dánoslo hoy, y perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación. Más líbranos del mal. Amén.


AVE MARIA

Ave María, grátia plena; Dóminus tecum; benedícta tu in muliéribus, et benedíctu fructus ventris tui, Jesus.                                      

Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis, peccatóribus, nunc et in hora mortis nostrae. Amen.

AVEMARÍA

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


GLÓRIA PATRI

Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.

Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in saécula saeculórum. Amen.

GLORIA AL PADRE

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


MISTERIOS GOZOSOS: (LUNES Y JUEVES)

    1. La Anunciación a la Santísima Virgen y la Encarnación del Hijo de Dios. Fruto: hacer la Voluntad de Dios.
    2. La Visitación de la Santísima Virgen a su prima Santa Isabel. Fruto: la caridad y el amor al prójimo.
    3. El Nacimiento del Niño Jesús en el Pesebre. Fruto: el desprendimiento de las riquezas.
    4. La Presentación del Niño Jesús y la Purificación de Nuestra Señora. Frutos: la obediencia y la pureza.
    5. El Niño perdido y hallado en el templo. Frutos: buscar a Dios en todas las cosas.

MISTERIOS DOLOROSOS: (MARTES Y VIERNES)

    1. La Agonía de Nuestro Señor en el huerto de los Olivos. Frutos: dolor por haber pecado, contrición por nuestros pecados y propósito de enmienda.
    2. La Flagelación de Nuestro Señor. Fruto: mortificación de la carne y de los sentidos.
    3. La Coronación de espinas. Fruto: quitarnos la soberbia y el orgullo.
    4. Nuestro Señor con la Cruz a cuestas. Fruto: paciencia en las tribulaciones.
    5. La Crucifixión y muerte de Nuestro Señor. Fruto: la obra de la Redención.

MISTERIOS GLORIOSOS: (MIÉRCOLES, SÁBADOS Y DOMINGOS)

    1. La Resurrección de Nuestro Señor. Frutos: la fe y la conversión.
    2. La Ascensión de Nuestro Señor a los Cielos. Fruto: deseo y ansias de llegar al Cielo.
    3. La Venida del Espíritu Santo. Fruto: los dones del Espíritu Santo y la caridad.
    4.  La Asunción de Nuestra Señora en cuerpo y alma al Cielo. Fruto: la gracia de una buena muerte.
    5. La Coronación de la Santísima Virgen como Reina y Señora de todo lo creado. Fruto: la verdadera devoción a la Santísima Virgen y el auxilio de Ella en las tentaciones. 

Al finalizar  se reza una SALVE por la conversión de los pecadores, por la propagación de la Fe Católica y por el alivio y descanso de las Benditas Almas del Purgatorio:

SALVE REGINA

Salve, Regína, Mater
misericórdiae, 
vita, dulcédo et
spes nostra, salve.

Ad te clamámus, éxsules,
fílii Evae. 
Ad te suspirámus, geméntes
et flentes, 
in hac lacrimárum
valle.

Eia ergo, Advocáta nostra,
illos tuos misericórdes óculos ad nos convérte.

Et Jesum, benedíctum fructum ventris
tui, 
nobis, post hoc exsílium osténde.

O clemens! O pia! O dulcis Virgo María!

V. Ora pro nobis, Sancta Dei Génitrix.
R. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.                                                              

Amen.                                    

SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y
esperanza nuestra.

Dios te Salve, a ti clamamos los
desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos,
gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. 

¡Ea, pues, Señora Abogada nuestra!
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.

Y después de este destierro, muéstranos
a Jesús, fruto Bendito de tu vientre.

¡Oh, clementísima! ¡Oh, piadosa!
¡Oh, dulce y siempre Virgen María!

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas (y gracias) de Nuestro
Señor Jesucristo. Amén.



ORACIONES RECOMENDADAS AL FINAL

ORACIÓN A SAN JOSÉ, ESPOSO DE MARÍA SANTÍSIMA

A vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José, y después de haber implorado el auxilio de vuestra santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro Patrocinio. Por el afecto que os unió a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios; por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús, os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que Jesucristo conquistó con su Sangre, y que nos socorráis, con vuestro poder, en nuestras necesidades.

Proteged, prudentísimo Custodio de la Divina Familia, el linaje escogido de Jesucristo. Preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción; sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, poderosísimo Protector nuestro, en el combate que al presente libramos contra el poder de las tinieblas. Y del mismo modo que, en otra ocasión, librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Santa Iglesia de Dios contra las asechanzas de sus enemigos y contra toda adversidad.

Amparad a cada uno de nosotros con vuestro perpetuo patrocinio a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos, y sostenidos por vuestros auxilios, podamos vivir santamente, morir piadosamente y obtener la felicidad eterna del cielo. Amén.


ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé

nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas

del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes,

y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al Infierno,

con el divino poder, a Satanás y a los demás espíritus

malignos que andan dispersos por el mundo

para la perdición de las almas. Amén.


ORACIÓN POR LA RESTAURACIÓN DE LA FE CATÓLICA Y POR  LOS SACERDOTES

Señor, danos Sacerdotes.

Señor, danos Santos Sacerdotes.

Señor, danos muchos Santos Sacerdotes.

Señor, danos muchos santas vocaciones religiosas. 

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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