Esta oración se usa contra las asechanzas del Mal, los peligros y para alejar las influencias malignas.
Hermano católico ¡Levántate hoy! y participa en el actual Combate Espiritual. Lucha por Cristo con la protección de la Coraza de San Patricio.
Hoy me ciño a la poderosa fuerza de la invocación de la Santísima Trinidad, a la fe en las tres Divinas Personas, a la confesión de la unidad del Divino Creador del Universo.
Hoy me ciño por los méritos de la encarnación de Cristo con su bautismo, por los méritos de su crucifixión con su sepultura, por los méritos de su resurrección con su ascension, a los méritos de su venida en el día del juicio.
Hoy me ciño por los méritos del amor de los Querubines, en la obediencia de los Ángeles, en la esperanza de la resurrección para la recompensa, en las oraciones de los patriarcas, en las predicciones de los profetas, en las predicaciones de los apóstoles, en la fe de los mártires, en la pureza de las santas vírgenes, en las buenas obras de los justos.
Hoy me ciño al poder del Cielo, a la luz del sol, al brillo de la luna, al resplandor del fuego, a la velocidad del rayo, a la rapidez del viento, a la profundidad del mar, a la firmeza de la tierra, a la solidez de la roca.
Hoy me ciño a la fuerza de Dios para orientarme. Al poder de Dios para sostenerme, a la sabiduría de Dios para guiarme, al oído de Dios para escucharme, a la palabra de Dios para ayudarme, a la mano de Dios para defenderme, al camino de Dios que yace delante de mí, al escudo de Dios para protegerme, a los ejércitos de Dios para resguardarme contra las trampas de los demonios, contra las tentaciones de los vicios, contra las inclinaciones de la naturaleza, contra todos los que me desean el mal, lejanos y cercanos, ya sean pocos o muchos.
Hoy invoco todos estos méritos contra todo poder cruel y despiadado que pueden atacar mi cuerpo y mi alma, en contra de los encantamientos de los falsos profetas, en contra de las leyes negras del paganismo, en contra de las leyes falsas de las herejías, en contra de los engaños de la idolatría, en contra de los conjuros de brujas, brujos, y magos, en contra de todo conocimiento que corrompa el cuerpo y el alma del hombre.
Invoco a Jesucristo que me proteja hoy día contra cualquier veneno, contra incendios, en contra del ahogamiento, en contra la herida mortal, de tal forma que pueda recibir auxilio y recompensa en abundancia.
Cristo conmigo, Cristo delante de mí, Cristo detrás de mí, Cristo en mí, Cristo debajo de mí, Cristo sobre mí, Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda, Cristo al descansar, Cristo al levantarme, Cristo en la anchura, Cristo en la longitud, Cristo en la altura, Cristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí, Cristo en la boca de todos los que hablan de mí, Cristo en todo ojo que me ve, Cristo en todo oído que me escucha.
Me ciño hoy a la fuerza poderosa de la invocación de la Santísima Trinidad, a la fe en las tres Divinas Personas, a la confesión de la Unidad del Divino Creador del Universo.
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