“Acuérdate, oh ilustre patriarca San José, por testimonio de Santa Teresa, tu fiel devota, que jamás se oyó decir que ninguno que invocó tu protección o buscó tu mediación, haya quedado sin consuelo. Con esta confianza me presento ante ti, mi protector amoroso, casto esposo de María, padre adoptivo del Salvador de los hombres y dispensador de los tesoros de Su Sagrado Corazón. No desprecies mi oración ferviente, sino escúchala favorablemente y obtén mi petición….
(Aquí mencione su solicitud)
Oremos
Oh Dios, que por tu inefable Providencia te dignaste elegir a San José para ser el esposo de tu Santísima Madre, concédenos, te suplicamos, que aquel a quien veneramos como nuestro protector en la tierra, sea nuestro intercesor en el Cielo. Tú que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.”
San José, patrono de una muerte dichosa, ruega por nosotros.
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