Oficio de la Iglesia
Jesús, que confundiste a todos tus enemigos vistiendo de gloria y esplendor ese cuerpo que había sido víctima de la crueldad del hombre, dame la gracia de morir a mí mismo para que pueda resucitar contigo y, a tu semejanza, conducir una vida nueva, divina, inmortal: nueva, por el cambio de conducta, divina por la generosidad y pureza de mi amor, inmortal por la perseverancia en hacer el bien. Obra en mi corazón, oh Señor, este feliz cambio; hazme pasar de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz, de una vida llena de imperfecciones a una vida perfecta y digna de Ti. Hazme ir de luz en luz, de virtud en virtud, hasta que llegue por fin a Ti, oh Dios de virtud, fuente de toda vida y de toda luz. A Ti también me dirijo, oh Virgen santa, Madre de Nuestro Salvador, en esta gozosa fiesta; dígnate hacerme partícipe de ese divino gozo que sentiste en el bendito día de su Resurrección. Seca mis lágrimas y libera mi corazón de toda tristeza opresiva. Deja que tu Hijo resucitado entre en mi corazón, como a través de las puertas cerradas, en el aposento alto. Que me diga, como a los apóstoles: "Paz a ti"; que me muestre, como a Tomás, sus sagradas llagas; que permanezca conmigo continuamente, y nunca más se aparte de mí.
A las Gloriosas Llagas de Jesús Resucitado
1. Mi Jesús resucitado, beso y adoro con devoción la llaga gloriosa de tu pie izquierdo, y te pido que me des la gracia de huir de toda ocasión de pecado y andar cada vez más en el camino de tus Mandamientos.
Gloria al Padre, etc.
2. Mi Jesús resucitado, beso y adoro con devoción la llaga gloriosa de tu pie derecho, y te pido que me des la gracia de caminar constantemente por el camino de la santidad cristiana hasta llegar a la casa de los santos en el paraíso.
Gloria al Padre, etc.
3. Mi Jesús resucitado, beso y adoro con devoción la llaga gloriosa de tu mano izquierda, y te pido que me liberes de todo mal, sea del cuerpo o del alma, y muy especialmente del infeliz destino de los malvados que estarán a tu izquierda en el día del juicio.
Gloria al Padre, etc.
4. Mi Jesús resucitado, beso y adoro devotamente la herida gloriosa de tu mano derecha, y te pido que bendigas mi alma con ella, y que después de la muerte me abras las puertas del cielo.
Gloria al Padre, etc.
5. Mi Jesús resucitado, beso y adoro con devoción la llaga gloriosa de tu costado, y te ruego que enciendas en mi corazón el fuego de tu amor aquí, para que en adelante te ame eternamente en el cielo.
Gloria al Padre, etc.
A María
Por último, te ruego, oh Santísima Virgen María, por tu gran alegría al ver a tu Hijo resucitado y glorificado, que nos obtengas la gracia de resucitar también después de nuestra muerte a la gloria eterna del paraíso.
Ave María, Gloria.
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