San Nicolás de Tolentino, que vivió en el siglo XIII, tuvo una experiencia mística que lo hizo patrono de las almas del purgatorio. Un sábado en la noche, después de prolongada oración, estaba en su lecho, queriendo dormirse, cuando escuchó una voz lastimera que le decía: “Nicolás, Nicolás, mírame si todavía me reconoces. Yo soy tu hermano y compañero Fray Peregrino. Hace largo tiempo que sufro grandes penas en el purgatorio. Por eso, te pido que ofrezcas mañana por mí la santa misa para verme por fin libre y volar a los cielos… Ven conmigo y mira”. El santo lo siguió y vio una llanura inmensa cubierta de innumerables almas, entre los torbellinos de purificadoras llamas, que le tendían sus manos, llamándolo por su nombre y le pedían ayuda.
Conmocionado por esta visión, Nicolás la refirió al Superior que le dio permiso para aplicar la misa durante varios días por las almas del purgatorio. A los siete días, se le apareció de nuevo Fray Peregrino, ahora resplandeciente y glorioso, con otras almas para agradecerle y demostrarle la eficacia de sus súplicas. De aquí tiene su origen la devoción del septenario de San Nicolás en favor de las almas del purgatorio, es decir, mandar celebrar siete días seguidos la misa por las almas del purgatorio.
SAGRADO SEPTENARIO EN SUFRAGIO DE LOS SIETE ESTADOS DE LAS SANTAS ALMAS DEL PURGATORIO
Apostolado de Piedad Popular
Tomado de: "Filotea por los muertos";
IMPRIMATUR
In Curia Archiep., Mediolani, die 18 octobris 1901.
SAM MANTEGAZZA, Ep. Famag., Vie. Gen.
Instrucciones para hacer este Septenario:
Aquí se advierte al lector devoto que a este precedente se suelen añadir siete misas sucesivas, cuando es posible, que se celebran durante siete días por los siete estados distintos de las almas santas del Purgatorio, a imitación de lo que hizo San Nicolás de Tolentino, quien, celebró siete misas en su sufragio, liberó a una gran multitud. No pudiendo hacerlos celebrados, al menos escuchas la Santa Misa durante siete días.
ORACIÓN
Dios mío, considerando las llamas más ardientes entre las que están sufriendo tantas almas escogidas de tus hijas, vengo a implosionar de tu misericordia sufre por ellas, en virtud de los méritos de tu divino Hijo, cuya vida, pasión y muerte quiero hacer, interponerme aquí en Ti por esas Almas.
¡Y tú, glorioso San Nicolás de Tolentino, que hiciste un soberano tan grande en la tierra de esas Almas, ¡Oh! ahora sé mi abogado e intercesor ante Dios del Cielo; Validad estas débiles oraciones y sufragios míos, para obtener de la divina clemencia la liberación y el alivio de aquellas almas de las que tanto me prometo.
1. Mi Señor Jesucristo, por esa caridad que os llevó al mundo a encarnaros en el seno de una Virgen por amor a las almas, os suplico ahora que queréis sucumbir al estado de aquellos, que desde hace mucho tiempo están sufriendo en medio de los dolores de la Purga, y entre ellos especialmente te ruego que ayudes a los más antiguos. Pater, Ave, Requiem.
Pater Noster, qui es in caelis,
sanctificétur nomen Tuum,
adveniat Regnum Tuum,
fiat volúntas tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum cotidiánum
da nobis hódie,
et dimitte nobis débita nostra,
sicut et nos dimittímus
debitóribus nostris;
et ne nos indúcas in tentationem,
sed libera nos a malo.
2. Mi Señor Jesucristo, por esa caridad que te llevó a nacer en un establo por amor a las almas, te ruego que ahora quieras ayudar al estado de quienes más tiempo han estado ardiendo entre esas llamas, y especialmente de los últimos que ingresaron y es como novicio entre otros. Pater, Ave, Requiem.
3. Mi Señor Jesucristo, por esa caridad que te llevó a vivir entre tantas penurias del mundo por el amor de las almas, te ruego que ahora quieras ayudar al estado de los más abandonados, y especialmente de los que son más que todos los necesitados. Pater, Ave, Requiem.
4. Mi Señor Jesucristo, por esa caridad que te llevó a predicar la fe verdadera en el mundo con tantas señales y milagros por el amor de las almas, te pido que ayudes a que los que han sido condenados por tu justicia a más dolores serios y por más tiempo en el Purgatorio, sobre todo del que ahora más sufre bajo tu pesado brazo. Pater, Ave, Requiem
5. Mi Señor Jesucristo, por esa caridad que te llevó a ser tan maltratado, vilipendiado y condenado por amor a las almas, te ruego que quieras ayudar al estado de los más cercanos a salir del Purgatorio, y especialmente del que podría liberarse de este sufragio. Pater, Ave, Requiem.
6. Mi Señor Jesucristo, por esa caridad que te llevó a ser flagelado y coronado de espinas por amor a las almas, te ruego que ayudes a los más santos y destinados a mayor gloria, especialmente a los más queridos. Pater, Ave, Requiem.
7. Mi Jesucristo, por esa caridad que te llevó a morir en la cruz por el amor de las almas, te ruego que ayudes al estado de aquellos a los que más estoy destinado, especialmente a aquél por el que más me inclino y que tú conoces. Pater, Ave, Requiem.
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