Querido hermano católico te invito a que recuperes en tu hogar una de las más antiguas tradiciones cristianas
La Iglesia católica, como reparadora universal, se apresuró a destruir los dioses y desterrar sus nombres del lenguaje, y designó todos los días de la semana con una sola palabra, el de feria, palabra llena de profundo sentido, porque equivale a fiesta o descanso, ya sabemos por qué, y descanso porque todos los días de la vida deber ser de cesación del trabajo del pecado, del trabajo de la ruina y de desorden al que se entregaba el linaje humano como un delirante después de su caída, y bajo la esclavitud de Satanás. El primer día de la semana se llamó, en la lengua de la Iglesia, día del Señor, o primera feria; el lunes, segunda feria (dedicado a honrar al Espíritu Santo “para implorar su asistencia al principiar las tareas de la semana”); el martes, el miércoles, el jueves y el viernes, tercera cuarta, quinta y sexta ferias: el séptimo día conservó el nombre de sábado, que quiere decir descanso, y recuerda las tradiciones judaicas y el descanso del Señor después de la creación.
Domingo, día del Señor o primera feria: La fiesta del Señor
Lunes o segunda feria: Dedicado a honrar al Espíritu Santo y a los fieles difuntos
Martes o tercera feria: Dedicado a honrar a los ángeles, en especial al Ángel custodio.
Oh, Dios, que en tu providencia inefable te has dignado enviar a tus santos ángeles para nuestra custodia, concede, a los que te suplicamos, ser defendidos siempre por su protección y gozar eternamente de su compañía.
Oh, Señor, bajo la fiel protección de tus Ángeles, haz que avancemos con valentía a lo largo del camino de la salvación.
Miércoles o cuarta feria: Dedicado a honrar a san José
O Dios, que con inefable providencia elegiste a san José como esposo de la Madre de tu Hijo, concédenos la gracia de tener como intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra.
Renovados con este sacramento de vida, te suplicamos, Señor, que, por el ejemplo y la intercesión de san José, tu servidor fiel y obediente, vivamos siempre consagrados a ti en justicia y santidad.
Jueves o quinta feria: Dedicado a honrar la Eucaristía
O Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención.
Concede, Señor, a tu Iglesia, el don de la paz y la unidad, significado en las ofrendas sacramentales que te presentamos.
Viernes o sexta feria: Dedicado a honrar la Pasión de Jesucristo
Dios todopoderoso, al celebrar la solemnidad del Corazón de tu Hijo unigénito, recordamos los beneficios de su amor para con nosotros; concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de gracia.
Mira, Señor, el amor del Corazón de tu Hijo, para que los dones que te ofrecemos sean agradables a tus ojos y sirvan para el perdón de nuestras culpas.
Los fieles tienen costumbre de añadir a las tres de la tarde de este día a la abstinencia la recitación de cinco Padre nuestros y cinco Ave María, en honor de las cinco llagas de Nuestro Señor.
Sábado: Dedicado a honrar a la Virgen María
Dios misericordioso, que quisiste que tu Hijo unigénito proclamara desde la cruz como Madre nuestra a su propia Madre, haz que tu Iglesia, por la intercesión maternal de santa María, crezca cada día en santidad y atraiga a su seno a todas las naciones.
Convierte, Señor, en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, estos dones que te presentamos, y haz que este memorial de nuestra redención, nos inflame en el amor que te profesó santa María, Madre de la Iglesia, y nos asocie íntimamente, como ella, en la obra de la salvación de la humanidad.
Hermano católico recupera también la devoción de dedicar los Primeros días de Cada Mes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario