Oh Corazón Inmaculado de María, Virgen Purísima, consciente de los terribles peligros morales que acechan por todas partes, y consciente de mi propia debilidad humana, yo voluntariamente me consagro en cuerpo y alma, el día de hoy y siempre, bajo tu amoroso cuidado y tu protección materna.
Te consagro mi cuerpo, con todos sus miembros, pidiéndote que me ayudes a no utilizarlo como una ocasión de pecado para otros. Ayúdame a recordar que mi cuerpo es "Templo del Espíritu Santo," y a utilizarlo de acuerdo con la Santa Voluntad de Dios para mi salvación personal, y para la salvación de los demás.
Te consagro mi alma, pidiéndote que la cuides y la lleves a salvo a ti y a Jesús en el Cielo por toda la eternidad.
Oh María, Madre mía, todo lo que soy, todo lo que tengo es tuyo. Ampárame y guárdame bajo tu manto de misericordia, como tu propiedad personal y posesión tuya.
Jesús, María, José os amo, salvad las almas"!
Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti. Amén
Imprimatur: Obispo Albert Zuroweste
Belleville, Illinois
Oh María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma. Amén
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