Mártir de Cristo por defender la fe y la pureza.
Memorial: † 26 de junio.
En San Pelayo convergen tanto la resistencia ante el Islam y ante la perversión sexual del opresor Abderramán.
San Pelayo, Mártir, es Patrono de los niños y adolescentes, es protector de la castidad y protector de los jóvenes, de las personas abandonadas, y las víctimas de tortura.
Es Modelo de pureza, de heroísmo y de fe para sacerdotes y seminaristas.
Ejemplo de la virtud de la castidad juvenil frente a la homosexualidad. Modelo de Templanza.
Modelo de fortaleza heroica ante la apostasía.
San Pelayo es el patrono del Seminario Menor de Tui. Sus restos fueron trasladado a León y posteriormente a Oviedo, donde es venerado en un monasterio de monjas benedictinas.
"Es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer" (Le. 18, 1)
Santo patrón de diversas localidades españolas. Castro Urdiales, España.
Muchas localidades españolas y una colombiana han recibido el nombre de San Pelayo
Leemos en el “Martirologio”: “En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Pelayo, mártir, que a los trece años, por querer conservar su fe en Cristo y su castidad ante las costumbres deshonestas de Abd al-Rahmán III, califa de los musulmanes, consumó su martirio glorioso al ser despedazado con tenazas (925)”.
Celebramos su fiesta el 26 de junio, en la Liturgia rezamos:
Señor, Padre nuestro, que prometiste a los limpios de corazón la recompensa de ver tu rostro, concédenos tu gracia y tu fuerza, para que, a ejemplo de san Pelayo, mártir, antepongamos tu amor a las seducciones del mundo y guardemos el corazón limpio de todo pecado. Por nuestro Señor Jesucristo.
SÚPLICA A SAN PELAYO POR ESPAÑA.
(Del Año Litúrgico de Dom Prospero Gueranger, Abad de Solesmes)
— Oh Pelayo, ¡cuán grande es tu gloria en el cielo! Con Justo y Pastor, con Dominguito del Val, con Eulalia y Julia y con Flora formas un manojito de encendidos claveles y de blancas azucenas digno de presentarse al Rey de la gloria. Ni la brillante corte del Califa de Córdoba, ni sus deslumbrantes promesas engañaron tus ojos. Preferiste a esos engañosos y caducos placeres la incomparable gloria prometida por Jesucristo a los que dan su vida por él. Acuérdate de pedir por España, libre ya de musulmanes pero no de marxistas, para que conserve su fe. Sobre todo ruega por la juventud, cuya fe trata de pervertirse con doctrinas de perversas filosofías, y cuya castidad se encuentra amenazada por un sensualismo pagano.
San Antonio de Padua Confesor y Doctor de la Iglesia nos enseña: Estos son los siete candelabros que iluminan a todas las iglesias, reunidas por el Espíritu de la gracia septiforme, en medio de las cuales el prelado, a semejanza del Hijo del hombre, o sea, de Jesucristo, debe caminar en la pobreza, en la humildad, en la obediencia, vestido del alba blanca. El alba es la túnica talar, que llevaba Aarón, y significa la castidad del cuerpo, a la que se debe unir la pureza del corazón.
El retablo mayor de la iglesia de San Pelayo de Olivares de Duero |
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